La guerra del pinganillo

"La UCI [Unión Ciclista Internacional] es una dictadura que necesita estar siempre en conflicto con algún sector del ciclismo", dice el mánager de uno de los mejores equipos del mundo, que cuenta la guerra del pinganillo, el sistema de comunicación por radio entre el director y los corredores que el máximo organismo prohíbe desde este año en todas las carreras salvo en las más importantes. "Es un sistema, el de la organización del ciclismo mundial, en el que todo lo tienen pensado para usarlo como amenaza", afirma.

"Pero", continúa el agente, "por favor, no ponga mi nombre, que, como sepan en la UCI quién está detrás de esto, saben cómo hacer daño a su equipo, cómo hacer que quede el 19º en la clasificación [el ránking de los mejores equipos, cuya fórmula es secreta y que aceptaron los responsables de los mismos el año pasado] o que el pasaporte biológico [elemento de detección del dopaje, de interpretación subjetiva, aceptado asimismo] señale a uno de sus corredores. Lo aceptamos todo por miedo".

"Sin él, se multiplican los riesgos y los dirigentes no se dan cuenta", dice Unzue

El nuevo conflicto en el que se ha embarcado la UCI y que la enfrenta a los equipos es, según estos, consecuencia directa de la paz con los organizadores, pues es a instancias de uno de estos, el del Tour, por lo que la UCI quiere prohibir el pinganillo con el argumento de que mata el espectáculo.

Ayer, en el Trofeo de Mallorca, la carrera que inaugura el calendario español, el espectáculo estuvo en la salida, cuando los ciclistas se presentaron a correr equipados con el prohibido pinganillo. Antes que permitirles correr así, los comisarios de la UCI prefirieron retirarse y así se disputó la carrera, sin jueces. "Gracias a eso, los pocos que no lo sospechaban se dieron cuenta de que también se puede correr bien y seguro sin ellos", dice otro director. La principal consecuencia es que la clasificación de la prueba, que se llevó al sprint el estadounidense Tyler Farrar, no tendrá carácter oficial.

"Lo que sí que es un riesgo es correr sin pinganillo y los dirigentes no parecen darse cuenta de ello", dice Eusebio Unzue, el director del Movistar, que apoya el uso del pinganillo (también los ciclistas: en una encuesta interna del sindicato internacional entre sus asociados, 207 estaban a favor de la radio y solo 40 en contra). "Se multiplicará el riesgo tremendamente porque para dar órdenes tendremos que acercarnos todos. Imagínense, 25 coches, hasta la cola del pelotón, y hacer bajar a un ciclista de cada equipo a recibir órdenes. Y, sin pinganillo, los directores seguiremos dando órdenes y llevando tácticamente la carrera, solo que todo se hará con retraso..."

La asociación internacional de equipos emitió un comunicado de apoyo a la desobediencia, que continuará hoy en la carrera mallorquina y, en su Twitter, su presidente, el norteamericano Jonathan Vaughters, precisó: "Que quede claro: la protesta del pinganillo no se queda en el pinganillo. Los equipos y los corredores deben tener más participación en el gobierno del ciclismo".