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Reportaje:

La 'manzana de oro' se pudre

Un céntrico barrio de Jaén languidece tras frenarse su rehabilitación

Ginés Donaire

De ser la envidia de Jaén, un céntrico barrio ha pasado a caerse a pedazos. Viviendas apuntaladas, grietas, desprendimientos, cuadros eléctricos por los suelos y un panorama desolador es el aspecto actual de la barriada Las Protegidas, considerada hasta hace unos años como la manzana de oro de Jaén. Hoy, esa manzana, curiosamente catalogada por la Junta, se está pudriendo y los vecinos dicen estar maniatados para actuar.

A mediados del pasado siglo se construyeron en el extrarradio de la capital unas 500 viviendas protegidas para familias de renta baja, pero con el tiempo han quedado ubicadas en pleno centro de Jaén. Eso las hizo convertirse en objeto de deseo de constructores y promotores inmobiliarios, que intentaron seducir a los vecinos prometiéndoles viviendas nuevas a cambio de una ambiciosa y millonaria actuación urbanística que estaba supeditaba al aumento de edificabilidad de la zona.

Las humedades amenazan la estructura de los pisos en planta baja

La mayoría de los vecinos aceptó la propuesta de los promotores, pero en 2005 la Junta truncó la operación al incluir esas viviendas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz por considerar que se trataba de un ejemplo urbanístico de la arquitectura racionalista de mitad del siglo pasado. La catalogación implicaba que los vecinos no podían acometer ninguna obra que supusiera un cambio en la fisonomía de la barriada. A cambio, la Junta prometió un plan de rehabilitación integral de las viviendas, valorado en 20 millones. Sin embargo, los recortes presupuestarios han frenado ese plan, pero el estado de muchas casas ya es crítico.

"Queremos que la Junta cumpla su compromiso", enfatiza Tomás Méndez, que preside la mayor de las cuatro comunidades de esta barriada. Los vecinos no entienden cómo las viviendas no fueron catalogadas cuando eran propiedad de las Administraciones, y se esperó a hacerlo cuando los vecinos ya tenían sus títulos de propiedad. La situación más grave se da en las viviendas que están bajo tierra y también en los bajos y primeros pisos, donde las humedades amenazan la estructura de las casas.

Desde el Gobierno andaluz se asume esa situación pero se reitera su compromiso en actuar, aunque sin precisar ninguna fecha. "Hay que acomodar la respuesta a esta barriada con la realidad presupuestaria", admite el delegado provincial de Obras Públicas, Rafael Valdivielso, que censura también la tardanza vecinal en autorizar la intervención en sus casas, ya que solo una de las cuatro comunidades ha entregado su consentimiento.

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"Las comunidades no podemos asumir esos costes y las compañías de seguros nos dan la espalda porque los daños son cuantiosos", replica Méndez, que lamenta que muchas personas mayores hayan tenido que abandonar sus hogares porque no se pueden construir ascensores. El proyecto inicial contemplaba obras de accesibilidad (ascensores), conducción de agua, instalación de placas solares, más plazas de aparcamientos en los patios y la conversión de las zonas interiores en espacios de ocio y disfrute para los residentes y otras actuaciones. Pero los vecinos creen que la Junta ha rebajado ahora sus pretensiones.

La situación de Las Protegidas ha desembocado también en un agrio debate político. El PP presentó en el último pleno una moción instando a la alcaldesa, la socialista Carmen Peñalver, a presionar a la Junta, y ha anunciado que llevará el tema al Parlamento andaluz.

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