El PP califica de "ideológicas" las elecciones de mayo

La euforia que produjo en el Partido Popular el resultado de las pasadas elecciones autonómicas sigue intacta. No en vano el optimismo y la idea de creerse una "fuerza decisiva" en Cataluña fueron los sentimientos que reinaron ayer durante el acto de proclamación de Alberto Fernández Díaz como candidato a la alcaldía de Barcelona. Una ocasión que no desaprovechó el candidato, bien arropado por Mariano Rajoy y Alicia Sánchez-Camacho, para agitar una vez más la bandera del miedo a la inmigración y la de la defensa de la familia tradicional.

En el encuentro, que se celebró en el auditorio Petit Palau del Palau de la Música, Fernández Díaz aseguró que las elecciones municipales de mayo no son solo de carácter administrativo, sino también "unas elecciones ideológicas". Según el candidato, además de "una mejor gestión", su partido promoverá valores para "recuperar una Barcelona de la que sentirse orgullosos".

Ese orgullo, según el candidato popular, pasa por "pedir a los inmigrantes lo que se reclama a los ciudadanos autóctonos (...), que cumplan las leyes, que se integren y que respeten las normas". Fernández Díaz explicó que procurará que se prohíba el uso del velo integral en la calle y rechazó que tenga que "ceder" suelo municipal para "construir mezquitas". La Ley de Cultos, aprobada por el tripartito, establece que todos los municipios deben reservar suelo para equipamientos religiosos, independientemente del credo.

El candidato designado por Rajoy también abogó por que Barcelona sea "una metrópoli cosmopolita, abierta y plural", aunque al mismo tiempo cargó contra el gobierno municipal del socialista Jordi Hereu por promover "monumentos gay delante de la Sagrada Familia".

Finalmente, Fernández Díaz se comprometió a "plantar cara" al Gobierno de Artur Mas, que a su juicio quiere hacer que la capital catalana pague la "factura de la crisis" recortando en infraestructuras como la línea 9 del metro.