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El juez envía a un centro de menores al supuesto asesino de Arriate

El joven Rubén V. se niega a declarar ante el fiscal y la Guardia Civil

Rubén V., de 17 años y supuesto asesino de la joven de Arriate (Málaga) María Esther, de 13, ingresó ayer en un centro de internamiento de régimen cerrado por orden del titular del Juzgado de Menores número 1 de la capital malagueña. El joven, que fue detenido el pasado jueves y pasó la noche en la comandancia de la Guardia Civil, se negó a prestar declaración tanto en las dependencias del instituto armado como en la sede judicial, según informaron fuentes cercanas al caso, que sigue declarado secreto.

El revuelo causado por el crimen se trasladó ayer desde el tranquilo pueblo serrano, a cinco kilómetros de Ronda, hasta la capital malagueña. A las puertas de la comandancia de la Guardia Civil, los padres de la víctima, Juan Isidoro y Carmen, anunciaron su decisión de abandonar Arriate -"nos han roto la vida entera y allí no nos quedan más que malos recuerdos", afirmó el padre- y trasladarse con su hija menor, de cinco años, a Paterna de Rivera. En esta localidad gaditana, de donde es natural la madre, está enterrada María Esther y Juan Isidoro ha conseguido allí trabajo de vigilante de fincas.

Los padres de la víctima deciden dejar el pueblo y mudarse a Cádiz

Los padres de la menor asesinada pidieron también a los arriateños que no responsabilicen del crimen a la familia del supuesto asesino. "Que les dejen vivir tranquilos, ellos qué culpa tienen", afirmó Juan Isidoro.

Bárbara Royo, la abogada de la familia de la víctima, que ha decidido ejercer la acusación particular en el caso, afirmó que aún no se ha concretado si la imputación a Rubén V. es de homicidio o de asesinato. En cualquier caso, la ley del menor prevé que las medidas cautelares -en este caso el internamiento- duren un máximo de nueve meses hasta que se celebre el juicio. No obstante, fuentes judiciales apuntan que una vez superado este plazo existe fórmulas para que el menor pueda seguir ingresado de forma provisional en un centro de régimen cerrado.

María Esther desapareció de su domicilio el pasado 19 de enero y su cadáver fue hallado al día siguiente en una caseta de piscina a las afueras de Arriate. Cerca del cuerpo, los investigadores hallaron una piedra de tamaño mediano con la que supuestamente fue golpeada la menor en la cabeza. La piedra contenía restos de sangre de la niña y numerosas trazas de ADN de Rubén V., como comprobó la Guardia Civil tras cotejar muestras genéticas facilitadas por una treintena de personas del entorno de la menor. Además, los agentes hallaron sangre de la niña en un zapato del joven detenido, informa Efe.

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