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Reportaje:SIN COCHE | Camarma de Esteruelas

La resurreción del pueblo fantasma

Una urbanización de chalés alegales clama por independizarse del municipio

Juan Diego Quesada

Dejando atrás una planicie repleta de vacas, a un lado de la carretera aparece un letrero: "El Practicante". Adentrarse en esta urbanización supone pasear por calles con nombres tan animados como jilguero, tordo, mirlo, colibrí o zorzal. Se mezclan parcelas donde un caballo atado da vueltas en círculo con majestuosas mansiones de tres o cuatro alturas. Basados en el mito de que aquí se asentaba una villa abandonada tras la Guerra Civil, los habitantes de este peculiar barrio se han levantado en armas contra su municipio, Camarma de Esteruelas, y en un acto insólito, piden la independencia. "Si no nos quieren, nos vamos", dice con soltura una mujer a las puertas de su chalé.

A principios de los ochenta, este era un paraje compuesto de caminos de barro y fosas sépticas, hasta que unos primerizos y atrevidos moradores comenzaron a levantar caserones sobre suelo rústico. Lo que debían ser casetas donde guardar aperos se convirtieron en fastuosas viviendas ilegales construidas en madera, con piscina y con el mejor mármol. La Comunidad de Madrid llegó a dictar el derribo de lo construido pero, aunque se presentó la Guardia Civil con la intención de llevarlo a cabo, la medida nunca fue ejecutada. Desde entonces, vecinos y Ayuntamiento están inmersos en un embrollo urbanístico y jurídico que va camino de arreglar todo el problema. Legalizarlo y listo. Aquí paz y después gloria, piensan las partes. Por el camino ha quedado un sentimiento de desapego de la gente de El Practicante hacia el pueblo que les ha llevado a exigir su propio Ayuntamiento.

Los vecinos han creado un partido político para exigir la segregación
Hay una parte celosa de su intimidad y otra vanguardista

La idea es llamarle Camarma del Caño, un lugar cercano donde vivió gente hasta finales de los cincuenta pero acabó abandonado. Apenas quedan en pie los restos de una casa y una antigua iglesia. Para ello, los vecinos han creado un partido político (Agrupación Política Camarma del Caño) que concurrirá a las próximas elecciones con la intención de sacar al menos un concejal. El asunto de la independencia se antoja inviable, hacer un nuevo término municipal no tiene base legal, pero el presidente de El Practicante, Jaime Garrido, esgrime igualmente sus razones: "Si no nos dan otra opción, vamos a tirar por la segregación municipal. Ante la desesperación, no nos va a quedar otro remedio". Por ahora, han invertido 11 millones de euros en servicios, aceras, farolas. Pero el agua que toman es de un pozo, no tienen acceso a la carretera principal y carecen de zonas verdes, como les exigen desde el Ayuntamiento. Dar una vuelta por sus calles da una idea de los resultados del desorden urbanístico y la mala gestión municipal. Con esos cimientos, resurge un pueblo fantasma olvidado tras la guerra.

Abandonando la República Independiente de Camarma del Caño, surgen grandes extensiones de tierra arcillosa y profunda. Pocos árboles a la vista. "La vega está custodiada por agradables lomas donde, entre una rala botánica, medra el conejo, busca el perdedero la liebre azuzada por los galgos y la perdiz encuentra su dormidero", se lee en una guía, que incluye mapa, de este pueblo de 6.200 habitantes. Hay un Camarma celoso de su tranquilidad, sencillo, con abuelos de los de boina y bastón charlando en la plaza a media mañana, pero también hay otro de arquitectura vanguardista (como el Ayuntamiento nuevo o las oficinas del polígono de la entrada) por el que jóvenes extranjeros recorren sus calles hablando inglés. Aunque cerca de Madrid y la populosa Alcalá de Henares, cuentan aquí que hay un halo de austeridad y sencillez con vínculos ancestrales. Se asienta sobre una atalaya de 639 metros aunque en ningún momento se tiene la sensación de estar en altura.

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Orgullosos de su moderno polideportivo con piscina y cafetería, también el ábside románico mudéjar de la iglesia de San Pedro, con sus arcos de medio punto y tres filas de arquería ciega resultan una visita nada despreciable. Sus puertas nos las encontramos cerradas. Esta mañana hace frío, aunque leer la información municipal sirve de consuelo: "El clima es menos riguroso que en otros pueblos de Madrid o de la vecina Guadalajara, siendo poco frecuente que las temperaturas sobrepasen esa severidad térmica de los 0 grados". Adelante pues con el paraje de los prados, los yacimientos que recorrer a pie o los caminos vecinales por los que realizar senderismo. Un momento, ¿es una gota de lluvia esto que cae? Mejor volver a casa. Otra vez será.

El antiguo Ayuntamiento de Camarma de Esteruelas.
El antiguo Ayuntamiento de Camarma de Esteruelas.SANTI BURGOS

Arroyo Camarmilla

- Situado a siete kilómetros de Alcalá de Henares, se ubica sobre la vega que forma el arroyo Camarmilla. Se puede llegar usando la línea 255, la misma línea que la de Valdeavero.

- Buena parte de su término se encuentra dentro de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) por su población de aguilucho pálido, cenizo, cernícalo primilla y alcaraván.

- El 4 de septiembre se celebra la festividad de la Virgen del Rosario, su patrona.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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