La cultura vasca huye de la pugna identitaria para lanzarse al exterior
Euskadi busca ganar peso en las citas internacionales ligadas a la creación
"Durante mucho tiempo, cada vez que se planteaba el tema de la cultura vasca, se hacía con una interrogación y con una especie de tensión". La presidenta de la Asociación de Escritores de Euskadi, Luisa Etxenike, se muestra convencida de que las batallas identitarias que aún persisten en el País Vasco han hecho un flaco favor a la cultura: "Esa tensión ha repercutido en que tengamos una visibilidad en el exterior más limitada de lo que hubiera podido ser".
Sin embargo, Euskadi va soltando poco a poco el lastre del enfrentamiento político y potencia la internacionalización de su cultura desde organismos como el Instituto Etxepare o la Filmoteca Vasca, o a través de proyectos como la candidatura donostiarra a capital cultural europea en 2016 o la ciudad verde continental que Vitoria será en 2012. "Hay un intento de abrir Euskadi al mundo", recalca a EL PAÍS la consejera Blanca Urgell. "La cultura, sin duda, nos abre las puertas del mundo", añade.
Urgell considera que la cultura en Euskadi "ya tiene talla internacional"
Esta apertura se traduce en un mayor papel en citas internacionales en todos los ámbitos creativos. En el Festival de Cine de Guadalajara (México), por ejemplo, la presencia de producciones vascas crece cada año. La 26ª edición del certamen, que se celebrará del 25 de marzo al 1 de abril próximos, presentará cinco largometrajes más un programa de cortos de la comunidad autónoma en su sección Europa Nuevas Tendencias.
El director de la cita, el mexicano Iván Trujillo, apunta: "Sin duda, hay quienes reconocen perfectamente la cultura propia del País Vasco y hay realizadores que cuentan con seguidores fieles, como Julio Medem o Alex de la Iglesia".
El responsable de dicha cita apostilla que el mundo audiovisual puede convertirse en un arma de incalculable valor para transmitir la esencia de una cultura. "Desafortunadamente, en un proceso global, el cine norteamericano acapara casi al 80% de las pantallas y, por tanto, del público", resalta Trujillo. Por ello, el director del certamen remarca que el camino para las culturas minoritarias se halla en otros circuitos, en las semanas cinematográficas, en las retrospectivas o en espacios como las universidades.
En un mundo cada vez más globalizado parece inevitable desarrollar una vocación internacional para que la cultura tenga repercusión. "Las creaciones de los autores vascos son las preocupaciones del mundo", opina Etxenike. Pese a todo, el desarrollo de la cultura de Euskadi no ha sido el ideal. "Las culturas arrastran su pasado. Aquí hemos tenido un siglo XX muy complicado, muy duro y en absoluto marcado por la libertad, pero quizá eso nos da una particular pujanza, casi dramática. Hay obras y estructuras culturales importantes en la cultura vasca que tienen que ponernos en cualquier parte del mundo", sostiene la escritora.
Similares consideraciones hace Urgell, quien enumera una larga lista de creadores que demuestran que Euskadi "ya tiene talla internacional". No cabe duda de que en todo este proceso la ausencia de violencia en el últimos año ha resultado de gran ayuda. "El terrorismo ha creado imágenes estereotipadas, ha sesgado enormemente la mirada que se tenía desde el exterior de Euskadi. Desde determinados ámbitos también se ha cultivado lo que era vasco y lo que no", incide Etxenike. "Debemos trabajar como país contra la intolerancia", concluye Urgell.
Y es que, más allá de un pasado convulso, el horizonte se presenta lleno de posibilidades. "Tenemos que romper con el pasado y devolver la mirada a la realidad. Es un reto para todos, pero también para la mirada que viene del exterior romper clichés y simplemente animar la curiosidad. Para ello la cultura es fundamental. Se nos tiene que mirar con una nueva curiosidad", resalta la presidenta de la Asociación de Escritores vascos.
En la creación autóctona conviven dos lenguas completamente diferentes, algo que, para Etxenike, no debería suponer ningún problema a la hora de su difusión: "Hay creadores en castellano y creadores en euskera. Tenemos que difundirlos de la manera más normalizada". Así, incide en la idea de no presentar la cultura de Euskadi de ninguna manera que refleje una división: "Hay que presentarla con la normalidad en la que conviven las lenguas, con la idea de que juntos somos una cultura que tiene esa singularidad, esa belleza".
"Euskadi no puede ser una isla cultural. Tenemos que dar al mundo y recibir del mundo", resaltó Urgell en el pleno del Consejo Vasco de la Cultura que se celebró en Bilbao el pasado mes de diciembre. En ese proceso de internacionalización el paso definitivo debe partir de abandonar las actitudes de enfrentamiento.
"No estemos siempre buscando dónde se puede introducir la discordia. No sembremos la discordia, sino la exigencia de que nuestra cultura ocupe en el mundo un lugar que corresponde con las actitudes que están en nuestro país. Como vascos, nos conviene estar unidos en el ámbito de la estrategia cultural, presentarnos como un país plural con una cultura universal", sentencia Etxenike.
El objetivo de alcanzar la excelencia
La directora del Instituto Etxepare, Aizpea Goenaga, avanzó el pasado mes de diciembre en una entrevista en EL PAÍS las líneas sobre las que va a actuar el centro y adelantó la filosofía que debe adquirir la cultura vasca: "Es fundamental para toda la creación que abramos nuevos mercados y, sobre todo, que creemos una seña de marca de calidad. Es decir, que se nos diferencie por la calidad, por estar a la vanguardia".
En la búsqueda de este objetivo, la presidenta de la Asociación de Escritores de Euskadi, Luisa Etxenike, considera fundamental colaborar con estructuras culturales que tienen relevancia internacional y, por supuesto, estar al tanto de las tecnologías de la información y la comunicación. "Se deben utilizar los medios tecnológicos. Tiene que haber buenas páginas web en todo lo relacionado con la cultura", explica.
Para Etxenike, Euskadi tiene una muy buena carta de presentación en el extranjero, con escritores, directores de cine o artistas que ponen al País Vasco en primera línea. "Ya tenemos talla internacional", remarca la consejera de Cultura, Blanca Urgell.
Por ello, el trabajo que resta es alcanzar la excelencia. "Hay que hacer un enorme trabajo de comunicación y de presentación de cultura de calidad para que se nos reconozca como una cultura de prestigio, no sólo de cantidad", recalca Etxenike.
Actividades para la internacionalización
La necesidad cada vez más acuciante de que los proyectos culturales tengan una vocación internacional se traduce en una mayor pujanza de instituciones, centros, museos, eventos o programas en Euskadi que tienen por objetivo difundir la creación vasca en el extranjero. Estos son algunos de los principales ejemplos.
- Instituto Etxepare. Ideado por el anterior Ejecutivo y aprobado por todos los grupos parlamentarios, el centro para la difusión de la cultura vasca en el extranjero ha recibido su impulso definitivo con el actual Ejecutivo. Dirigido por Aizpea Goenaga es, sin duda, el principal exponente del espíritu de propagación de la cultura vasca en el exterior. Realiza su labor mediante la coordinación de actividades en festivales internacionales o colaborando con otros centros similares, como el Instituto Cervantes, con el que selló la pasada semana un convenio de colaboración. Su lema, Jalgi hadi mundura ("Ábrete al mundo"), refleja el espíritu por el que quiere guiarse el centro.
- Filmoteca Vasca. Joxean Fernández, quien hasta el pasado año dirigió la sección de cine vasco del Festival de Nantes (Francia), se hizo cargo hace algo más de un mes del gran archivo del cine vasco. Desde su llegada, indicó que el sello de identidad que tratará de imprimir al centro es la internacionalización. "Es fundamental salir de estas paredes", indicó Fernández nada más asumir su nuevo puesto. En este sentido, la filmoteca colabora en ciclos
y retrospectivas de festivales extranjeros, como el
mexicano de Guadalajara o el citado de Nantes, entre muchos otros.
De igual modo, estará íntimamente ligada con
uno de los referentes culturales vascos de mayor proyección, el Zinemaldia, que se halla entre los cuatro certámenes mundiales de cine de clase A.
- Tabakalera. La antigua fábrica donostiarra de tabaco pretende convertirse a partir de 2015, año en el que está prevista su inauguración, como un gran centro de cultura audiovisual con evidente vocación hacia el exterior. De hecho, en sus instalaciones se integrarán previsiblemente tanto el Instituto Etxepare como la Filmoteca Vasca.
- Museos. Al atractivo del Museo Guggenheim de Bilbao, la oferta cultural vasca con mayor peso en el exterior, se suman otros centros en marcha. La Alhóndiga bilbaína programó recientemente una exposición sobre el director de cine Akira Kurosawa; San Telmo, cuya inauguración se prevé para esta primavera, pretende ser un punto de referencia internacional para la creración en la comunidad autónoma; el Museo Balenciaga, que también se estrenará en primavera, está dedicado a uno de los modistos españoles de mayor repercusión en el extranjero, y la Casa de la Paz de Aiete nació con el objetivo de acoger ponencias de expertos de todo el mundo en torno a la cultura de la paz.
- Dos capitales Vitoria y San Sebastián han buscado ganar peso en el mundo con sus iniciativas para convertirse en capital verde europea en 2012 y capital cultural europea en 2016, respectivamente. Vitoria logró cumplir su objetivo el pasado mes de octubre, cuando se impuso a competidoras como Barcelona o Nantes. Así, en 2012, será el referente europeo en el respeto al medio ambiente. San Sebastián espera ser designada el próximo mes de junio como capital cultural europea para 2016. De ser así, la capital guipuzcoana lograría, según los estudios, aumentar su turismo en más de un 12%.
