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Reportaje:SI LOS EDIFICIOS HABLASEN

Un castillo rural a la vanguardia

Enrique Pujana firma la moderna y audaz ampliación del Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra

Patricia Gosálvez

La primera vez que Enrique Pujana viajó a Cabanillas de la Sierra, a 54 kilómetros de Madrid, lo hizo en autobús y con su proyecto en una mochila de montañero. Había ganado un concurso de la Comunidad para ampliar y reformar el Ayuntamiento, un edificio de piedra de 1946, con soportales y torre del reloj incluida. "Era como de Exin Castillos, con ese lenguaje del franquismo que mezclaba estilos históricos a lo loco... Un poco de cartón piedra", dice el arquitecto. El proyecto no le mataba de ilusión, pero decidió verle el lado positivo. "El lugar tenía algo de escenario; el peto de la terraza te llegaba por las rodillas, la torre no era una torre porque no servía para nada...", explica. "Era un lugar muy oscuro, con mucho pasillo, pero tenía su valor, porque es parte de la historia". Con estas, decidió reducir lo que había a la cáscara, vaciar décadas de reformas con un espíritu casi "arqueológico" y dejar solo la caja del decorado original.

Su propuesta, la que viajó una hora y media hasta este rincón a los pies de Somosierra, era un juego de contrarios. Un proyecto "a contrapelo". "Se actuó con voluntad de compensar: si era oscuro ahora debía tener mucha luz natural, si su exterior era sólido y compacto, ahora sus elementos debían distinguirse y ser autónomos, y los contactos entre ellos como los de las cartas en un castillo de naipes", explica Pujana en Excepto, una cuidadísima revista que cada dos meses publica una monografía sobre los proyectos de un arquitecto madrileño.

Para convertir el castillo de piedra en un castillo de naipes, fino, alegre y luminoso, el cuadradote edificio original, que preside la plaza del pueblo, se amplió por detrás con una nave curva techada en cristal y con una cubierta redondeada de varillas de madera que hinchaba de aire y luz el interior. "La constructora quería algo más pim, pam, pum", dice el arquitecto, "la mía fue una labor de judoka, tuve que esquivar golpes y convertirlos en ventajas". De su parte tenía al alcalde, que quería un Ayuntamiento diáfano "en plano americano". Pujana le colocó el despacho bajo el torreón, las paredes son de plástico, el techo es una tela que cae desde la torre como un lucernario. Los funcionarios lo llaman "la jaima".

"No me apetecía nada hacer un edificio rural, así que hice lo que yo creía, porque no sé hacer otra cosa", dice Pujana paseando por el pueblo (al que hemos llegado en el coche que finalmente se compró para visitar la obra). Todo está cubierto de nieve, pero el ambiente bucólico se rompe con adosados neorrurales y casas de piedra nueva que se esfuerzan demasiado en resultar auténticas. "Parecen casitas de chocolate", dice el arquitecto, "es una banalización de la arquitectura tradicional". Cuando enseñaba su proyecto del Ayuntamiento la gente le decía "¿Cómo le haces esto tan moderno a un pueblo?". Pujana no ve la contradicción: "La gente de Cabanillas va en Audi, no en carreta para que quede más auténtico", dice. Contextualizar no significa anclarse en el pasado.

En el interior del Ayuntamiento hay detalles muy contemporáneos que son guiños al entorno. Las puertas de plástico traslúcido se dividen en dos como las de las casas de pueblo, de techo cuelgan fluorescentes redondos que recuerdan a las luces de las calles en los días de fiesta patronal. Detalles que conviven con la esencia rural pero también con las rampas de los suelos de cemento, los forjados dislocados, los pilares pintados de colores y las ventanas asimétricas. Una cosa se le pasó, sin embargo; entre el techo de cristal y las cerchas de la cubierta curva se colaban las palomas para protegerse del frío. El Ayuntamiento ha colocado una red para evitarlo que le resta ligereza y las palomas se acurrucan como pueden bajo la cornisa de la torre para ver caer la nieve a cubierto.

Enrique Pujana, arquitecto del Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra.
Enrique Pujana, arquitecto del Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra.SANTI BURGOS
Plano del edificio del Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra, obra del arquitecto Enrique Pujana.
Plano del edificio del Ayuntamiento de Cabanillas de la Sierra, obra del arquitecto Enrique Pujana.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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