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Quique: "Cambiarme no es la solución"

José Marcos

Aunque Miguel Ángel Gil Marín, el hombre con más poder en el Atlético, le aseguró el puesto "al menos" hasta final de curso "pase lo que pase", Quique Flores abandonó el Calderón superado por los acontecimientos. "Somos séptimos y deberíamos ser terceros o cuartos... No descarto jugar la Champions. El curso pasado estuvimos muchas jornadas en el descenso y hay que mirar lo que conseguimos. Es difícil, pero lo de la anterior me parecía imposible", se justificó, tras comparecer con 45 minutos de retraso, visiblemente cansado y con la garganta rota. "Miguel Ángel me ha dicho que hay que cambiar esto, y Cerezo, que ha pasado por momentos peores que este. Así que no pienso que cambiarme sea la solución. Lo digo por experiencia. Cuando me pasó, el Valencia era cuarto y terminó 10º", enfatizó el técnico, que el sábado visita al Barça y solo ha conseguido cuatro puntos de 15 en lo que va de año. "Lo mismo que con Luis en el banquillo en 2003... Este mes es mortal", asentía, perplejo, un ejecutivo de la casa.

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Desde que ascendió a Primera tras dos añitos -iba a ser uno- en el infierno, no hay enero que no se le indigeste al Atlético. El año pasado, el equipo logró con Quique nueve de los 15 puntos en juego. En comparación, los números de Javier Aguirre eran mejores en 2008 (seis de 12) cuando fue despedido. El mexicano sumó ocho de 12 en su primer curso. También superó el mes con mejor nota Pepe Murcia en 2006 (siete de 12), cuando sustituyó a Virrey Bianchi en 2006. "Que cada palo aguante su vela. Hay que salir a jugar por respeto a tu apellido, a tu mujer, a tus hijos", terció Quique.

"Tiene contrato hasta final de temporada y lo cumplirá", zanjó Enrique Cerezo, el presidente, que después de un año largo volvió a escuchar al Calderón pidiéndole que se marche y enseñó alguna que otra pancarta en la que se leía: "Directiva, culpable". También las hubo para el consejero delegado y máximo accionista, Gil Marín, que prefiere dar vueltas a la M-30 los días de partido antes que seguirlos desde el palco por los nervios o escuchar los gritos contra su gestión.

"La expulsión de Perea nos ha dejado con cara de tontos... Tenemos que volver a ser el equipo que éramos al principio", razonó Reyes. "Llevamos unas semanitas para olvidar, pero ir al Camp Nou no es bueno nunca, ni estando bien ni estando mal", rezongó. "El malestar de la afición no es plato de buen gusto. Nos ha hecho daño", reconoció Tiago, que mostró su respaldo a Forlán tras su cambio entre abucheos: "Es nuestro máximo goleador. Si no tiene el apoyo de la afición... Lo necesitamos".

Mientras tanto, Agüero celebra hoy la renovación de su contrato hasta 2015.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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