'Lifting' de tipos (¿solo?) en emergentes
Lo sabíamos antes de la crisis y ha pasado. En los últimos meses la inflación ha vuelto a la palestra.
Las divergencias en las tasas de crecimiento entre las economías emergentes y avanzadas más la política monetaria ultraexpansiva desarrollada por los bancos centrales de las segundas han contribuido a favorecer la entrada de flujos de capitales en las economías emergentes, impulsando la cotización de las materias primas y creando problemas de inflación en dichas economías. No solo las tasas de inflación de los países emergentes se han situado por encima de los niveles establecidos como objetivo por parte de sus respectivos bancos centrales, sino que, de rebote, comenzamos a observar tensiones de inflación en algunas economías avanzadas.
El Banco Central Europeo comienza a estar incómodo con una inflación del 2,2%
Recientemente, los bancos centrales de China, India, Brasil, Chile, Polonia y Hungría han subido los tipos de interés y han activado los controles a la entrada de capitales (Brasil y Chile).
En las economías avanzadas de mayor relevancia todavía no ha habido movimientos de tipos de interés. Ahora bien, se abre el debate sobre si el repunte de las materias primas se debe a una mayor demanda o a una mayor especulación, que lo haría retroceder una vez se retire la marea de liquidez existente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la presión al alza sobre los precios de las materias primas continuará durante 2011 debido a la robusta demanda y a la lenta respuesta desde el lado de la oferta, a pesar de los factores climáticos del año transcurrido. De hecho, el FMI ha revisado al alza las previsiones de crecimiento para la economía mundial en dos décimas, hasta el 4,4% en 2011, principalmente por la revisión del mismo signo para Estados Unidos (+0,7%, hasta el 3,0%).
La revisión de los pronósticos sobre la primera economía mundial se debe al buen comportamiento de la actividad en los últimos meses, un aspecto que ha reconocido la Reserva Federal en el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), pero que, de momento, no es suficiente para elevar los tipos de interés ni para abandonar su esquema actual de compra de activos, ya que tanto la tasa de paro (9,4%) como la inflación subyacente (0,6%) se encuentran en niveles alejados de los que considera adecuados con su mandato.
Pero el BCE, por su parte, comienza a estar incómodo con una inflación del 2,2%, con unas expectativas de precios de empresarios y consumidores que se han elevado de forma significativa durante los últimos meses y con un repunte de las materias primas que podría generar efectos de segunda ronda en un contexto de recuperación económica. Probablemente, la normalización de los tipos de interés se demorará hasta que se perciba cierta estabilidad macroeconómica en el seno del área euro, ya que no hay que olvidar que salvo el caso de Alemania o Francia, el resto de economías de la zona verán limitada su capacidad de generar inflación por el escaso crecimiento previsto.
Otra cosa es que el gen alemán del BCE acabe imponiéndose.
José Antonio Herce y Álvaro Lissón Aguiar son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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