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Reportaje:TENIS | Abierto de Australia

Ojos, nariz y boca

La final mide el físico de Djokovic, con problemas en la vista y operado de sinusitis, y Murray en una pista a 31 grados

Un botecillo azul pasa de las manos del fisioterapeuta del serbio Novak Djokovic al banquillo del tenista. Se juegan los cuartos de final del Abierto de Australia. Un recogepelotas se apresura a entregar al número tres del tenis mundial el recipiente con su misterioso contenido. Djokovic se lo aplica sobre un ojo. Es un colirio. Hoy (9.30, Cuatro), en Melbourne, se esperan 31 grados y un 46% de humedad al inicio de la final del Abierto de Australia. El bochorno irá dando paso al frío según pasen los sets. Son condiciones extremas. Coronarán, en consecuencia, a un campeón de acero, capaz de enfrentarse al rival y a sí mismo: Andy Murray y su boca, respiradero en busca de oxígeno, contra las 3h 46m del maratón de la semifinal contra David Ferrer; Djokovic, el favorito, contra su nariz, operada de sinusitis, y sus ojos, que han llegado a ser tratados por un oftalmólogo en pleno partido.

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Todo empieza en Montecarlo, donde reside Djokovic. "Fuimos al médico", cuentan en su entorno, "que le explicó que la operación era sencilla, que así resolvería sus problemas para enfocar la pelota, que no había peligro, que solo salía mal uno de cada millón de casos...". Aquella argumentación, sin embargo, no convenció al serbio. "¿Y si yo soy esa persona?", contestó; "no me puedo arriesgar a eso".

Hubo un tiempo, sin embargo, en que Djokovic se atrevió con todo. En Milán, allá por 2007, se metió en un quirófano dispuesto a terminar con sus problemas respiratorios, origen de las nueve retiradas que ha protagonizado durante su carrera. Tenía sinusitis. "Me operé y quedó totalmente solucionado", dice quien busca ser el primer hombre en ganar la Copa Davis y el Abierto de Australia de forma seguida desde que lo logró el estadounidense Jim Courier en 1993, pero que ha perdido sus tres últimos duelos contra Murray.

"No quiero entrar en el partido pensando que la temperatura vaya a ser un problema para él", dice Murray sobre los posibles cinco sets y las condiciones climatológicas de Melbourne, la ciudad de las cuatro estaciones, donde se pasa del calor extremo al frío polar en horas. Tras ganar a Ferrer, se metió en una bañera llena de hielo y luego en otra de agua caliente. Murray ha jugado casi una hora más que su adversario para llegar a la final y confía en que su preparación invernal, carreras de 400 metros sobre un ardiente tartán en Miami, le den ahora fuerzas. Su caso también es único: rodeado por una legión de periodistas británicos desplazados únicamente con él como objetivo, juega con la presión de buscar el primer título grande para Reino Unido en los últimos 75 años, desde el de Fred Perry en el US Open de 1936.

En Melbourne, Murray y Djokovic compiten por un trofeo que debería espolear sus carreras: Rafael Nadal y Roger Federer se han repartido 21 de los últimos 23 torneos del Grand Slam.

Novak Djokovic, durante la semifinal que ganó a Roger Federer.
Novak Djokovic, durante la semifinal que ganó a Roger Federer.GETTY

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