Más de 16.000 pacientes aguardan una operación, pero esperan menos días
Sanidad ahorra seis millones al bajar los casos derivados a clínicas privadas
Cinco días menos para una operación y cuatro días menos para la primera consulta con el especialista. Eso es lo que, por término medio, esperaban los vascos para ser atendidos por Osakidetza a finales de diciembre de 2010 en comparación con las mismas fechas de 2009. Las últimas cifras de las listas de espera muestran una reducción en la demora, a pesar de que en diciembre esperaban para ser operadas 16.337 personas -un 0,4% menos que en 2009-. Otras 90.412 -un 5,4% menos que el año anterior, aunque hubo un 2% más de consultas- aguardaban para una cita con el especialista.
El director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Eduardo Garate, recalcó ayer que "todos los casos graves, los urgentes, son atendidos en el momento". De hecho, Osakidetza realiza cada año alrededor de 23.000 operaciones urgentes.
Osakidetza colocará ecógrafos en los centros de salud este trimestre
Sanidad contabilizó el año pasado 3.400 operaciones más que en 2009
A pesar de la espera en intervenciones no urgentes, Sanidad cumplía, a 31 de diciembre, con la obligación de no tener ningún paciente esperando más de 180 días -aunque Garate reconoce que hay personas que esperan en torno a 150-. Euskadi no tiene pacientes esperando más de seis meses, mientras que España cuenta con un 4% de personas que sí aguardan para una operación más de ese tiempo. Osakidetza cumplía, a 31 de diciembre, con su objetivo para 2010 de no hacer esperar más de 55 días por término medio a los enfermos que requieren de una intervención quirúrgica. Mientras que en Euskadi se espera 48,2 días por término medio, en el resto de España la media era de 61 días en junio.
El objetivo principal es reducir lo máximo posible la espera para operaciones de problemas cardiacos y de oncología. Las primeras tienen una espera tope, regulada por decreto, de 90 días, que se cumple siempre, mientras que las segundas, las de pacientes con cáncer, no pueden exceder los 30 días. Este último supuesto es el que más cuesta cumplir; de hecho, el 31 de diciembre había cuatro personas que rebasaban el plazo de 30 días. Si ocurre, Osakidetza está obligada a pagar al enfermo una operación en la sanidad privada. "No queremos plantear unos objetivos más ambiciosos que hasta ahora", asegura Garate, indicando que lograr estos tiempos "cuesta".
La espera para una primera consulta también cae en cuatro días. Mientras que la espera en diciembre ascendía por término medio a 27,4 días -el objetivo de Osakidetza pasa por no subir de 30 días en ninguna de las especialidades-, en el conjunto de España se quedaba en 53 en junio.
Las pruebas complementarias muestran los peores datos, con un incremento de la espera de 11 días. Garate achaca los datos a un sistema de medición de la demora ineficaz y asegura que desde enero éste ha cambiado para tener en cuenta las pruebas más importantes y diferenciar las que sirven para diagnosticar de las que sirven para hacer seguimiento de una enfermedad. Eso sí, los datos no podrán compararse con años anteriores.
Sanidad mantiene las listas de espera, pero lo hace asumiendo más trabajo con sus propios recursos. Según los datos del Servicio Vasco de Salud, en 2010, en comparación con el año anterior, Osakidetza redujo la concertación con la red privada de clínicas en un 57% para realizar pruebas, operaciones y consultas. De hecho, solo en cirugías, se han derivado en torno a 5.000 pacientes, frente a los 8.000 al año habituales.
Esto ha supuesto un ahorro de cerca de seis millones de euros en este concepto, un cambio que conlleva hacer más dentro de los hospitales vascos. De hecho, la actividad quirúrgica de la tarde ha alcanzado máximos históricos, con un 10% más de operaciones en esta franja que el año anterior -Osakidetza realizó en 2010 3.400 operaciones más que en 2009-. La manera de hacerlo ha sido aumentando la autoconcertación, es decir, aumentar la actividad por la tarde. En esta franja, los profesionales que trabajan cobran por proceso pero, a pesar de todo, es más rentable que derivar a la red privada.
Si en cada quirófano de Osakidetza se hiciese una operación más a la semana, al cabo de un año se podrían realizar 1.200 intervenciones más. Es por ello por lo que los centros sanitarios trabajan para lograr optimizar sus propios recursos. También se plantean medidas como la colocación de ecógrafos en centros de atención primaria de forma experimental durante el primer trimestre para que los médicos de cabecera puedan diagnosticar. Otra de las claves es "tener menos demanda", algo que se pretende lograr con la estrategia de crónicos y Osarean. Estas y otras medidas como la reducción de la inasistencia a las citas -el 6% no acude a las consultas- se incluirán en el plan contra las demoras que se presentará en febrero.
Convenio sobre crónicos
Los consejeros de Sanidad de Euskadi, Rafael Bengoa, y Aragón, María Luisa Noeno, firmaron ayer un protocolo de colaboración en materia de salud y políticas sanitarias sobre enfermedades crónicas, cuyo objetivo es intercambiar proyectos, experiencias y herramientas en este ámbito.
Bengoa destacó en una comparecencia en Bilbao que "en España no funciona bien el intercambio de información" en esta materia. El nuevo protocolo contribuirá a corregir dicha situación, de forma que "uno no tenga que volver a inventar la rueda, cuando otro ya ha avanzado mucho en ese campo".
El cruce de datos puede permitir "ahorrar dos años" en la gestión de la comunidad que marche con mayor retraso, incidió.
Euskadi y Aragón ya han compartido antes información sanitaria, lo que ha permitido a Osakidetza inspirarse en el sistema de citas multicanal aragonés para crear Osarean, que ha ampliado la idea inicial al incorporar el asesoramiento médico por teléfono.
Noeno abogó por establecer contactos con otras comunidades, especialmente las limítrofes, para mejorar la asistencia y que "el sistema de salud sea cohesionado".
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