"Si yo fuera una entidad financiera, preferiría no acudir al FROB"
La vicepresidenta analiza en una entrevista los cambios en el sistema financiero anunciados esta semana.- "Es discutible que pueda hablarse de nacionalizaciones de las cajas"
En apenas unas horas, Elena Salgado, vicepresidenta y ministra de Economía, exprime su agenda en reuniones con varios ministros europeos y otros asistentes al Foro Económico Mundial: esto es Davos, hoguera de vanidades pero también punto de encuentro de la política y la economía global. A la misma hora que, en Madrid, sindicatos y Ejecutivo redactan el esperado acuerdo sobre pensiones, Salgado interviene en una sesión privada y a puerta cerrada con inversores, con uno de esos títulos que tanto gustan aquí: Creando un crecimiento económico sostenible. Mientras espera su turno, la vicepresidenta se sienta unos minutos con EL PAÍS en una entrevista improvisada, a la carrera, como suelen ser en Davos este tipo de cosas.
"No nos preocupan los vencimientos ni la posibilidad de contagio"
El Ejecutivo presenta hoy la reforma de las pensiones y la propia Salgado ha anunciado esta semana el plan para el sistema financiero. Muchas cosas han cambiado desde que el año pasado, también en Davos, el presidente Zapatero recibiera un alud de críticas por su negacionismo de la crisis, en una sesión sobre el euro que se convirtió en un examen en toda regla para los últimos de la clase: la España de Zapatero y la Grecia de Yorgos Papandreu, que apenas tres meses después tuvo que ser rescatada.
Desde entonces, España se ha visto obligada a aplicar un draconiano plan de austeridad y reformas para recuperar la confianza. Y sin embargo los mercados se resisten a aflojar la presión. Los problemas están ahí y también Davos recela de España. Sentada junto a la directora del Tesoro, Soledad Núñez, Salgado repasa su conferencia sobre una pequeña mesa, mientras defiende con firmeza el impulso reformista del Gobierno: "la imagen de España ha mejorado en Davos respecto a la anterior edición, y mejorará aún más cuando se conozcan los detalles del acuerdo sobre pensiones", dispara.
Al final de la charla, en una austera sala semiescondida en lo alto del centro de congresos, Salgado departe aún unos minutos más con Axel Weber, presidente del Bundesbank, halcón de la política monetaria europea y puede que próximo presidente del Banco Central Europeo (BCE). Entonces aparecen en escena un sonriente Tim Geithner, secretario del Tesoro de EE UU, y Stanley Fisher, gobernador del banco central de Israel y apodado El Enterrador desde sus tiempos en el FMI. Davos en estado puro.
Pregunta. El Foro ha comenzado con ciertos recelos hacia España. Los mercados siguen en tensión respecto a la periferia de Europa. ¿Cambia las cosas el acuerdo con los agentes sociales sobre las pensiones?
Respuesta. El Gobierno está muy satisfecho de lo conseguido. El presidente Zapatero ha hecho un espléndido trabajo para lograr el pacto tras muchos meses de negociaciones. Además, la imagen de España ha mejorado en Davos respecto a la anterior edición, y mejorará aún más cuando se conozcan los detalles del acuerdo sobre pensiones. Es un gran paso adelante junto con la reforma financiera.
P. Los expertos consideran optimistas -o muy optimistas- esos 20.000 millones de euros en los que el Gobierno fija el máximo que necesitará la banca para recapitalizarse. El consenso del mercado son 50.000 millones. Y hay quien critica también que los plazos fijados, hasta septiembre, son demasiado largos.
R. En cuanto a la cifra, habrá que mirar entidad por entidad, sumar lo que necesita cada una. Y ese es el cálculo con los últimos datos disponibles. Y respecto a septiembre, es el plazo lógico para que las entidades tengan al menos dos meses desde la publicación de las pruebas de esfuerzo europeas para buscar financiación. Un plazo menor sería demasiado limitado.
P. El hecho de que las cajas que al final no puedan recapitalizarse y tengan que acudir al fondo de rescate se conviertan en bancos y se nacionalicen también despierta dudas...
R. Es discutible que esas operaciones puedan llamarse nacionalizaciones. Y en todo caso hay que destacar que son parciales, y sobre todo temporales. Dicho esto, si yo fuera una entidad financiera preferiría no tener que acudir al FROB : eso supone tener que aceptar un plan de reestructuración, una serie de premisas, y siempre es mejor acudir al sector privado para financiarse. Ese es uno de los objetivos de la reforma.
P. ¿La reforma es un final ordenado del modelo de cajas?
R. No se trata de eso. La reforma permite a las entidades bien capitalizadas seguir siendo cajas si lo desean. Eso es lo que se acordó con el sector.
P. ¿No va a ser muy difícil captar capital?
R. Veremos. Es uno de los grandes objetivos del plan.
P. ¿Por qué, después de los cambios en el sistema financiero y en las pensiones, la prima de riesgo sigue sin mejorar y prosigue la presión en los mercados?
R. La reforma de las pensiones es una gran noticia. Fundamental para acceder a un escalón diferente [en lo relativo a la deuda]. Y una muestra más de que el Gobierno prosigue un plan de reformas clarísimo: las medidas de mayo, la laboral, la financiera, las pensiones y lo que hay por delante, como la negociación colectiva.
P. Respecto a la deuda pública, ¿le preocupa el calendario de vencimientos o el posible contagio de otros países con problemas? ¿A qué atribuye el pesimismo de economistas como Nouriel Roubini?
R. No hay vencimientos hasta abril, y coinciden con un mes de ingresos importantes procedentes de los impuestos. Lo mismo sucede en julio. Por lo tanto, ese aspecto no nos preocupa, como tampoco la posibilidad de contagio. La presión del mercado ya ha cedido algo, y tras las reformas lo va a seguir haciendo. En cuanto a Roubini, dice exactamente lo mismo que dijo hace un año. Exactamente lo mismo.
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