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El urbanista que negó el expolio propone un plan menos agresivo para El Cabanyal

Cristina Vázquez

El debate organizado en Valencia por el Ministerio de Cultura en torno al futuro de El Cabanyal arrojó ayer otra nueva posibilidad de intervención en el barrio. Polémica, al parecer de algunos de los presentes, pero alternativa al fin y al cabo. Vicente Colomer, profesor de Urbanismo en la Universidad Politécnica de Valencia y autor de un informe con el que el Ayuntamiento defendió su plan de prolongación de Blasco Ibáñez ante el ministerio, defendió ayer una intervención en el barrio que reduce las demoliciones previstas por el proyecto oficial del Gobierno de Rita Barberá.

"Sería una tercera vía y se sostiene sobre tres intervenciones", defendió Colomer en la sede de la Fundación Universidad-Empresa (Adeit). Así, apostó por eliminar la rotonda donde se asienta la Estación del Grau y articular a partir de allí una gran plaza, con una actuación urbanística parecida a la practicada en la plaza del Mercado del Cabanyal. La calle de Pescadores, que ahora tiene ocho metros de anchura, se ampliaría a 20 y daría continuidad al lado norte de la avenida de Blasco Ibáñez. Una de las imágenes que proyectó dejó claro que las demoliciones se reducirían de manera considerable respecto a Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) que el Consistorio de Barberá aprobó en los años noventa y cuyo icono era la prolongación de Blasco Ibáñez hasta el mar a costa de una franja de edificios de 100 metros de ancho.

Esta propuesta era nueva, pero no la única que ayer se presentó para esta zona de la ciudad. Después de Colomer tomó la palabra el arquitecto David Estal, coordinador de La Pepri, la alternativa que los socialistas de la ciudad presentaron hace unos meses. La esencia de La Pepri es no demoler ningún edificio, desecha la prolongación y propone la rehabilitación del barrio, con la creación de un colegio mayor universitario disperso dada la cercanía de los campus de la Universitat de València y la Politécnica.

Antes que ellos, arquitectos de otras ciudades españolas expusieron cómo la movilización vecinal y las alternativas de los arquitectos lograron evitar intervenciones agresivas -parecidas a la proyectada por el Consistorio para El Cabanyal- en el barrio de La Mina, en Barcelona, en Puig de Sant Pere, en Palma de Mallorca o en la prolongación de la avenida de la Independencia hasta el río Ebro, en Zaragoza. Curiosamente, todas esas batallas urbanísticas se resolvieron en la década de los años setenta.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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