Rubalcaba hace de frontón ante la ofensiva de los populares
Alfredo Pérez Rubalcaba ejerció ayer de frontón en el pleno de control al Gobierno, parando todos los golpes del PP. La agresión a un consejero de Murcia, el supuesto trato de favor a una hija de Manuel Chaves y el caso Faisán, sirvieron al principal partido de la oposición para volcarse para lanzar lodo contra el vicepresidente primero con los casos más desagradables.
Lo hizo con especial virulencia, sembrando, por ejemplo, dudas sobre la actitud del Gobierno frente a ETA, justo unas horas antes de votar en el pleno las medidas consensuadas con el PSOE para cerrar aún más el paso al entorno de la banda. El vicepresidente rechazó la petición del PP para destituir al gobernador civil de Murcia porque, según dijo, sería admitir que tiene responsabilidad en la agresión. Rubalcaba acusó al PP de utilizar "mentiras, insidias y falsedades" y explicó que el Tribunal Superior de Andalucía solo ha rectificado el procedimiento para investigar la concesión de una subvención a una empresa en la que trabaja la hija de Manuel Chaves.
Antes, Rubalcaba ironizó con la falta de propuestas de la convención del PP, en respuesta a Soraya Sáenz de Santamaría y el alborozo con que las recibieron las clases medias.