Nadal, la montaña del nuevo Ferrer
El alicantino se enfrentará en cuartos al 'número uno' tras una pretemporada llena de cambios físicos, como rutas en bicicleta, para mantener la motivación
La victoria (4-6, 6-2, 6-3 y 6-4) de David Ferrer ante el canadiense Milos Raonic no arranca en Melbourne, donde sopla el viento y los árbitros exigen medirle la camiseta, no vaya a ser que lleve la publicidad demasiado grande, sino en carreteras lejanas, allá por Valencia, subiendo hacia el embalse de Tous, por Benifaió, devorando kilómetros y kilómetros con la bicicleta de montaña. Así combate el español el hartazgo de tantas pretemporadas y tantas carreras, esos ritmos diabólicos que le llevaban a correr un kilómetro en 3m 15s, en 36 raspados los 10.000 metros. Así prepara el número siete sus prodigiosas piernas. Y así, muro móvil e incansable, llega Ferrer hasta los cuartos del Abierto de Australia, donde mañana le espera un caníbal: aún sin alcanzar la excelencia, Rafael Nadal devoró 6-2, 6-4 y 6-3 al croata Cilic, lo que asegura que haya un español en semifinales. Es el primer cruce de cuartos español desde el de Félix Mantilla-Carlos Moyà que ganó el segundo en 1997.
"Las novedades le han dado más alegría", explica el preparador de Ferrer
Nadal se sintió "muy bien" ante Cilic, "con alta intensidad y agresividad"
El mallorquín ha logrado la victoria en 11 de sus 14 enfrentamientos
El último precedente de un duelo español en esta ronda es el Moyà-Mantilla de 1997
"Esta pretemporada hemos aplicado pequeños cambios a nivel físico", explica Javier Piles, más que entrenador del alicantino, su guía desde niño. "Siempre hacíamos muchas series de carrera, tanto a nivel aeróbico como anaeróbico, miles, dosmiles, series de velocidad, y carreras continuas largas. Este año, al entrar ya David en una edad complicada, con 28 años, hemos salido a la calle, a rutas de montaña con la bicicleta", continúa el técnico, que normalmente recetaba durísimas sesiones de gimnasio y series de carrera, además del trabajo en pista. "El cambio le ha dado más alegría, más motivación para tirar adelante, porque es difícil cuando llevas tantos años allí".
El grupo de Ferrer se recluye por la noche, por ejemplo, en el Napoli, un restaurante italiano bien cerquita de su hotel de la céntrica calle Russell. Allí, entre otras cosas, recuerdan los durísimos entrenamientos que recientemente llevaron a Piles a correr un maratón en menos de tres horas. Esa filosofía sacrificada rige la vida de Ferru. Hoy en la competición, ayer en la pretemporada.
"Hemos hecho salidas de 40 y 50 kilómetros en bicicleta, alguna de 90, y también más cortas, para trabajar la intensidad y la velocidad", explica el técnico, que, tras cada práctica, suele incluir cinco minutos de juego con el brazo izquierdo para compensar el acusado desarrollo de los músculos que todos los tenistas tienen en su lado dominante del cuerpo. "Este año ha sido el punto clave", prosigue el entrenador, que también utiliza juegos con palas vascas, mucho más pesadas que las de tenis, para lograr un equilibrio perfecto de la fuerza de los dos brazos. "Acabó muy tarde 2010 y lo arrancó muy pronto. Ya está en una edad delicada, aunque sea joven, y decidimos buscar algo nuevo, por motivación".
Motivado por lo que está en juego, cuando Nadal acaba de domar a Cilic, el número 15, ya no se distingue tanto sudor en su camiseta, más grande que de costumbre; no son ya tantas las apreturas en el marcador, ni está tan difuminado su juego como en tercera ronda: "Me he sentido muy bien, con alta intensidad, agresivo, cambiando ritmos, mejor con el saque...". Cilic lo intenta todo. Sube a la red cuando descubre en el fondo un cadalso. Llega a ponerse de espaldas en un saque de Nadal, como reclamándole que se tomaba demasiado tiempo ("No me parece una falta de respeto", dijo el mallorquín)... y ni eso le sirve.
El mallorquín trae a la cita con el alicantino una cifra que habla por sí sola: 11 victorias para Nadal y tres derrotas en sus enfrentamientos. ¿Puede ganar Ferrer? ¿Cree que alcanzará su primera semifinal grande desde el Abierto de Estados Unidos 2007? ¿Por qué esos números? Tres preguntas y una sola respuesta de un tenista intenso, noble y consistente, al que solo sacarán de la pista victorioso o en camilla, reventado por el esfuerzo: "Porque Rafa es mejor que yo".
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