Cara y cruz del Segundo Cinturón

Hasta que Repsol -adjudicataria de los terrenos dispuestos para la construcción de dos gasolineras en Hernani y en Mondragón- inaugure sus nuevas áreas de servicio, en el recorrido de los 116 kilómetros que separan Irún y Vitoria, y los 86 que hay entre la localidad fronteriza y Amorebieta (Vizcya), los conductores sólo tienen a su disposición dos gasolineras.

El trazado del Segundo Cinturón de Guipúzcoa, una de las reformas viales más ambiciosas del territorio, ha dejado fuera de su recorrido por sólo 250 metros a la estación de Aritzeta, que ha reducido sus ventas un 30%. Por tanto, los usuarios disponen, por el momento, de una gasolinera menos.

La principal consecuencia hasta ahora son los embotellamientos que se generan en las inmediaciones del área de servicio de Itziar. En verano, de hecho, llegaron a registrarse caravanas de hasta siete kilómetros.

"Con la entrada de las gasolineras previstas para el Segundo Cinturón y la AP-1 se considerará cubierto el servicio en las carreteras actualmente en funcionamiento", sostiene Bidegi, el ente a partir del que la Diputación gestiona las carreteras guipuzcoanas. En total, se estima que cuando concluyan las obras haya dos gasolineras de Cepsa (Oiartzun e Itziar) y otras tantas de Repsol (Hernani y Mondragón). Por el contrario, la estación de Aritzeta, de Avia, se halla fuera del trazado por las reformas, encallada ahora en la Variante donostiarra.

Una pareja de jóvenes franceses que viaja hacia Bilbao reposta en el área de servicio de Itziar. "Si llegamos a saltarnos esta gasolinera, se nos habría acabado el combustible. Veníamos ya en la reserva. Esperábamos encontrar más gasolineras al pasar la frontera", aseguran. Para la vuelta, no tienen ninguna duda: "Cargaremos bien el depósito; el servicio es insuficiente", comentan.