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Los 'casos De Miguel' y 'Tellería'

"Se ha puesto en peligro mi vida", espeta Tellería

También la esposa de De Miguel, Ainhoa Bilbao, se negó a declarar entre acusaciones a los parlamentarios

"No haré ninguna declaración ante ustedes, ni contestaré a ninguna de las preguntas que me formulen", terminó ayer su breve intervención ante la comisión investigadora del Parlamento uno de los principales imputados en la causa judicial, Aitor Tellería, dirigente del PNV cuando se produjeron los hechos que ahora se analizan.

A continuación, pidió al presidente que le permitiera abandonar la sala, poniendo así fin a diez minutos escasos de permanencia en ella. Tellería, que había entrado al Parlamento con casi media hora de antelación sobre la hora de su cita, a las tres de la tarde, para esquivar a las cámaras, no pudo hacerlo a la salida, que realizó casi a la carrera y pegado a la pared de los pasillos del Parlamento.

La esposa de De Miguel exigió al Parlamento medidas de seguridad
Ander Santocildes, jefe de la UIA, prestó declaración en sede policial
"No encajo en ninguno de esos presuntos delitos", dijo el ex 'burukide'
"Ha habido una campaña burda, maliciosa, torticera e interesada", criticó

Si la nota leída por la mañana por la esposa de Alfredo de Miguel, Ainhoa Bilbao, para justificar idéntica negativa a declarar fue ya dura, la de Tellería la superó con creces. El burukide del PNV y mano derecha del presidente del partido en Álava hasta su detención el 17 de marzo, dejó expresa la grave acusación generalizada, puesto que no mencionó ningún destinatario determinado, de haber visto en peligro su vida. "Soy y me siento completamente inocente de los hechos que se me imputan; no encajo en ninguno de esos presuntos delitos y quiero dejar constancia ante esta Cámara del gravísimo e irreparable daño personal, moral, político, profesional y familiar que se me ha hecho con estas actuaciones. Además, entiendo que de forma injusta y gratuita se ha puesto en peligro mi vida".

Tellería responsabilizó del mismo modo indeterminado a "alguno o algunos" de cualquier cosa que pueda sobrevenirle. Quienes le han puesto "en el punto de mira", dijo, "tendrán que responder y asumir la responsabilidad de lo que pudiera pasarme si, como consecuencia de ello, sufro algún daño o su deriva a algún miembro de mi familia", añadió.

El ex director del semillero de empresas, Ceia, ubicado en el parque tecnológico de Miñano, al que se relaciona presuntamente, y entre otras irregularidades con las de la operación para ampliar sus terrenos, afirmó que contra él "ha habido una campaña orquestada de forma burda, maliciosa, interesada y torticera". El objeto sería simplemente el de desprestigiarle, dijo. Se quejó, además, de tener que soportar "una carga mediática sin posibilidades de ejercitar mi derecho de defensa". Respecto de las declaraciones que pudieran interesar a los parlamentarios, se remitió a las que ha realizado en las actuaciones judiciales. En ellas señaló que se encargaba por cuenta del PNV alavés de investigar y contrastar las informaciones anónimas que llegaban, afirmación en la que le apoyó el personal que trabaja en la sede, y afirmó que todas las formaciones políticas reciben ese tipo de anónimos.

Tellería ironizó, sin mencionarlo expresamente, sobre el levantamiento del secreto que pesaba sobre la parte del sumario relativa al presunto espionaje. A esa circunstancia se había acogido, lo mismo que su mujer, Araceli Bajo, para anunciar que no comparecería ante la comisión parlamentaria. Era, dijo ayer, "motivo sobrado de incomparecencia", pero "casualmente", subrayó irónicamente, ha desaparecido al eliminarlo el juez.

Tellería pareció sugerir alguna relación entre esa decisión judicial y la llamada de la comisión política de investigación. En todo caso, lo que no han desaparecido, según dijo, son los riesgos que en el proceso judicial podría tener cualquier declaración que ayer hubiese efectuado en la Cámara. De ahí su silencio, siguiendo "el consejo técnico y las instrucciones" de su abogado. Tellería dejó en el aire su disposición a declarar en un futuro, es de suponer que cuando se sustancia la causa judicial, "sobre todo aquello que se me pregunta, si para entonces sigue teniendo el mismo interés para ustedes que tienen en la actualidad estos asuntos". Obviamente, ese ofrecimiento sin fecha carece de efectividad para una comisión que debe realizar su trabajo en un plazo razonable de tiempo, y que trata de delimitar responsabilidades políticas al margen de los tiempos que exijan en las funciones judiciales.

Los afiliados del PNV imputados están apareciendo en esta estrategia compartida de no declarar ante la comisión investigadora, apelando al consejo de sus abogados, y vertiendo además acusaciones y juicios sobre la actuación y los móviles de los parlamentarios. Ayer fue un día especialmente duro, con tensiones además en las entradas y salidas de los llamados a declarar, y de una manera especial en la comparecencia de Ainhoa Bilbao. El propio presidente de la comisión, Juanjo Agirrezabala, reconoció que la propia esposa de De Miguel había solicitado esta protección "para respetar su derecho a la intimidad y a la propia imagen".

La comisión se desplazó, a su vez, a dependencias policiales de la Ertzaintza para recibir el testimonio de Ander Santocildes, jefe de la UIA en el mandato anterior, que, a diferencia de los imputados pertenecientes al PNV, incluidos los dos agentes de esa unidad interpelados ayer, Carlos Lau y Jesús Acha, prestó su colaboración a los parlamentarios y respondió a las preguntas que le fueron planteadas.

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