"La Xunta aún nos debe la inversión que prometió por hacer el embalse"
En circunstancias meteorológicas extremas, el río Umia se ha convertido en un problema endémico para Caldas, acentuado por la construcción de un embalse hace una década. Aunque el alcalde no descarta la demolición de la presa, por el momento prefiere optar por soluciones más inmediatas.
Pregunta. ¿Por qué se ha tardado tanto tiempo en dar soluciones a los problemas del Umia?
Respuesta. Porque Caldas ha vivido abandonado por las Administraciones todo este tiempo y a ellas les corresponde acometer las soluciones, no a nosotros, que además carecemos de medios para hacerlo. El río es competencia de la Xunta y no podemos esperar más porque la situación es desesperada, tanto cuando se desborda o cuando aparece la microcystina. Pensar en la demolición del embalse sería cruzarnos de brazos para los próximos 20 o 30 años y ahora necesitamos soluciones rápidas.
P. Osea, que si ahora no hay financiación de otras Administraciones no habrá obras.
R. Yo no voy a parar hasta conseguirlo. Todavía arrastramos, junto a Cuntis y Moaña, la deuda histórica del embalse, unos dos millones de euros que nos debe la Xunta en inversiones y esto es algo verdaderamente inadmisible.
P. Pero los tres ayuntamientos cobran un canon energético de la empresa adjudicataria.
R. Es solo una parte de la importante cantidad que le factura la Xunta a la empresa Cortizo y, en justicia, creo que nos correspondería la totalidad. Pero como esto se hizo así desde el principio ahora llegó el momento de que las Administraciones se mojen y se preocupen, no sólo cuando Caldas es portada de los periódicos. En la última riada aquí se presentaron el conselleiro Agustín Hernández y Rafael Louzán [presidente de la Diputación], después nadie volvió a interesarse cuando se rompió la tubería de la captación del agua y sufrimos las consecuencias derivadas en gran parte por la falta de limpieza del río. Ni una llamada. Yo, esos días de crisis, me sentí absolutamente abandonado por las Administraciones.
P. ¿La solución a la microbacteria también es del Ayuntamiento?
R. Encargamos un proyecto que le remitimos a la Xunta pero nos contestaron que una empresa se iba a poner en contacto con nosotros. Aún no lo han hecho. La única solución posible es evitar la captación del agua del río, la más segura y menos costosa, porque el coste de las cisternas es insostenible. Ahora son los políticos los que tienen la última palabra y espero que la den pronto.
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