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La crisis del euro

Alemania pide más disciplina fiscal a cambio de elevar el fondo de rescate

Berlín trata de aplazar a marzo una decisión que no considera urgente - El BCE aumenta la compra de deuda soberana de los países con problemas

Andreu Missé

Alemania quiere aprovechar la ampliación del fondo de rescate de la UE para asegurar una mayor disciplina fiscal en la Unión. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, advirtió ayer de que "no hay ninguna necesidad de adoptar una decisión urgente" sobre esta cuestión. Schäuble, que hizo estas manifestaciones antes de la reunión de los ministros de la zona euro, es partidario de tomar un acuerdo en la reunión del Consejo Europeo de marzo, y no en el la del 4 de febrero como había solicitado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

El ministro alemán precisó: "empezaremos a discutir hoy una respuesta palpable a la crisis que se prolonga, pero hoy no adoptaremos la decisión". "Llevaremos a cabo", añadió, "los numerosos trabajos que se deben realizar desde ahora hasta el Consejo Europeo", en referencia al de marzo. Berlín quiere hacer coincidir la decisión de ampliar el fondo -que no es la que más le satisface por ser el mayor garante (119.000 millones de los 440.000 del total)-, con un Consejo donde se dará un nuevo impulso al endurecimiento de las sanciones a los infractores fiscales en el marco de reforzar el gobierno económico de la UE.

Juncker califica de ejemplar el proceso de consolidación fiscal de España
La iniciativa de Barroso molestó a las autoridades germanas
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El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró al término de la reunión que "se han acelerado los trabajos para presentar las conclusiones al Consejo lo antes posible". Pero no precisó si ese Consejo será el que la Comisión propone en febrero o en el de marzo, como quiere Alemania. Juncker se refirió a España y calificó de ejemplar el proceso "de consolidación fiscal y de reformas estructurales". Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, aseguró que los nuevos test de resistencia a la banca serán más rigurosos y en ellos intervendrá la nueva autoridad bancaria europea.

La idea de ampliar el Fondo, actualmente de 440.000 millones (pero solo disponibles efectivamente unos 250.000) había sido lanzada a mediados del pasado diciembre por el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss- Kahn. En aquel momento fue desechada por la Comisión porque se interpretaba como una señal peligrosa que implícitamente señalaba a países como España o Italia, como posibles demandantes de ayuda.

Después, tras los ataques a Portugal y España, la semana pasada, Barroso manifestó la necesidad de "reforzar la capacidad de financiación y ampliar el ámbito de sus actividades". Se trataba de aumentar la cuantía pero también abrir la posibilidad de comprar deuda pública de los Estados con problemas. La propuesta de modificar el fondo tanto en sus aspectos cualitativos como cuantitativos será plasmada formalmente en una carta que Barroso dirigirá próximamente a los líderes europeos.

La iniciativa de Barroso ha molestado a Berlín, muy celoso de mantener el control de los tiempos en todas las decisiones de la UE. "Estas propuestas aisladas", dijo Schäuble, "no hacen la situación más fácil, sino que la complican". La realidad es que cada vez que los máximos responsables de la política de la UE, como Barroso o el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, adoptan una iniciativa, que antes no ha sido bendecida por Berlín o París, reciben una censura más o menos velada.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, manifestó antes de la reunión, que las modificaciones del fondo de rescate en estudio no son "un traje a medida ni a no medida" para resolver los problemas de España. Salgado fue taxativa al señalar que "no cabe ninguna interpretación", asegurando que los ministros están "a favor de hacer lo máximo para garantizar la estabilidad del euro". La posición de España es la de introducir "la máxima flexibilidad y la máxima amplitud". La reunión del Eurogrupo y del Ecofín de hoy coincide con la divulgación de las cifras del BCE, que revelan que la entidad tuvo que emplearse a fondo la semana pasada comprando deuda de los países que tienen más dificultades para financiarse, como Grecia, Irlanda y Portugal. La semana pasada, el BCE adquirió deuda de estos países por valor de 2.300 millones, la más alta del mes. Es una cuantía muy superior a la de la semana anterior, que se limitó a 113 millones. Desde que Trichet anunció el 10 de mayo su decisión de comprar deuda de países con problemas, el banco ha adquirido 76.500 millones.

La ministra de Economía, Elena Salgado, conversa con su colega alemán, Wolfgang Schaüble, durante el Eurogrupo ayer en Bruselas.
La ministra de Economía, Elena Salgado, conversa con su colega alemán, Wolfgang Schaüble, durante el Eurogrupo ayer en Bruselas.EFE

LAS ALTERNATIVAS PARA CONSOLIDAR EL SISTEMA A DEBATE

Aumento ilimitado del volumen

- La ampliación de la lista de países que podían encontrar dificultades en la obtención de compradores de su deuda pública ha promovido la búsqueda de soluciones más ambiciosas. El ministro de Finanzas de Bélgica, Didier Reynders, ha propuesto que el fondo de rescate de la UE disponga de recursos "ilimitados" para hacer frente a todas las demandas que se presenten y evitar así la situación de provisionalidad e incertidumbre. Recientemente Bélgica sale también en la lista de sospechosos habituales en la que aparecen Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, por motivos muy distintos en cada caso. Esta propuesta conlleva también sus propias dificultades. La dotación ilimitada del fondo no impide cada vez que se acuerde un préstamo para el rescate de un país, pasar por todos los parlamentos nacionales para su aprobación.

Ampliación de las competencias

- En realidad no se trata de una propuesta alternativa sino que se añadiría a cualquiera de las dos anteriores. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha pedido un aumento "cualitativo y cuantitativo del fondo". Uno de los objetivos que defienden tanto Trichet como la Comisión Europea es permitir al FEEF que pueda comprar deuda pública de los países con dificultades, liberando así al BCE de esta tarea, que según algunos analistas está poniendo en duda su independencia. También se baraja la posibilidad de que el FEEF pueda conceder líneas de crédito a los Estados o directamente a los bancos que precisen recapitalizarse. Bruselas promueve la idea de que el FEEF de acuerdo con los Estados pudiera efectuar emisiones de eurobonos en las que se "mutualizarían los esfuerzos". "Hay muchas alternativas en discusión", ha reconocido el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Aumento limitado de la capacidad efectiva

- El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), cuenta con una capacidad teórica de 440.000 millones de euros. Sin embargo, las fuertes garantías exigidas por las agencias de calificación de rating para concederle la máxima nota (AAA), suponen que el dinero disponible por el fondo sea solo de unos 250.000 millones. Los Estados deben garantizar un 120% de la cantidad que el fondo toma prestada del mercado y además debe constituir un depósito en metálico como reserva que se irá acumulando cada vez que se conceda un préstamo. Para aumentar la capacidad del FEEF se barajan dos opciones: modificar el sistema de garantías de manera que el fondo disponga efectivamente de los 440.000 millones de euros para prestar o aumentar su cuantía hasta unos 700.000 millones para que se dispongan efectivamente de 440.000.

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