Gómez insiste en la "inocencia" de Rollán y buscará "mejor justicia"

Los fotógrafos empezaban a impacientarse. Pasaban 40 minutos de la hora prevista y Tomás Gómez, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, no acababa de llegar al Centro Joven de San Sebastián de los Reyes en el que iba a inaugurar una convención municipal de su partido. Fue aparecer, todo sonrisas, y revolucionar a la veintena de periodistas que le esperaban a la entrada. "Tomás no va a hablar", desinfló el entusiasmo -tanta expectación mediática un sábado por la mañana en Sanse era inusual- una asesora de Gómez refiriéndose a la condena de Rollán. Efectivamente, el líder del PSM avanzó por el pasillo estrechando manos y entró en una sala.

Parecía que no iba a haber oportunidad de preguntarle por su decisión de mantener en su cargo como secretaria de organización a Trinidad Rollán, condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a ocho años de inhabilitación especial por prevaricación. Una resolución que parece haberle granjeado al secretario general del PSM una nueva desavenencia con la ejecutiva federal de su partido.

Los socialistas esgrimen que ningún condenado se ha enriquecido

Gómez no admitió preguntas de los periodistas en el acto del partido

Gómez, en un discurso de tono preelectoral, fue desgranando sus propuestas económicas en materia de sanidad y educación, del "modelo ideológico" que habrá que elegir en mayo para Madrid... A medio parlamento, él mismo reconoció lo excepcional del auditorio, presente allí en principio para asistir a la inauguración de la convención: "Agradecemos el interés que ha despertado la convocatoria a los medios de comunicación", ironizó.

Y ya casi al final, cuando nadie daba un duro por oírle sobre la inhabilitación de su número dos -a cuatro meses de las elecciones-, Gómez sacó el tema: "Hoy hay aquí muchos medios de comunicación y todos sabemos por qué están. Y yo quiero deciros una cosa. En este partido, que es el partido de la justicia, no cabe nadie que sea un corrupto, como pasa en el PP". Pausa escénica. "A ese se le echa del partido. Pero os digo una cosa: en este partido a la gente que es inocente los defendemos, por justicia". Aplauso.

No hacía falta decir más. Todo el mundo sabía que Gómez estaba hablando de la sentencia, conocida el jueves, que condena a su mano derecha y a los concejales socialistas de Torrejón de Ardoz que, en 2001, cuando Rollán era alcaldesa, aprobaron un convenio urbanístico ilegal a sabiendas de que lo era, según argumenta el tribunal.

Gómez insistió en que su partido "siempre respeta las decisiones judiciales" y las cumple "más allá de lo escrupuloso". Y añadió: "Por eso, los compañeros van a ir al Tribunal Supremo a buscar una mejor justicia". Una alusión más a la "inocencia" de Rollán y el resto de concejales, y asunto finiquitado. No hubo preguntas a la salida.

Al que sí le preguntaron por la cuestión fue al candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, de visita en el distrito de Puente de Vallecas. Sin mencionar en ningún momento el nombre de Rollán, subrayó que la sentencia, pese a no ser firme -cabe recurso de amparo al Tribunal Supremo-, se ha aplicado "inmediatamente", informa Efe. Se refería a que, en cuanto se hizo pública, Rollán compareció para anunciar que deja su acta de concejal y que no se presentará a las próximas elecciones. "Lo que queda ahora, una vez cumplida la sentencia no firme, es tomar una decisión de carácter orgánico que no me corresponde a mí en absoluto", afirmó.

Lissavetzky añadió algo más de presión al pulso entre Callao y Ferraz, al poner en duda que la decisión de Gómez de mantener a Rollán como secretaria de organización del PSM vaya a confirmarse. A su juicio, las direcciones nacional y regional del partido aún deben tomar la decisión "definitiva" sobre su continuidad, y apuntó a que habrá "reflexión" por las dos partes, informa Europa Press. El candidato socialista insistió ayer en que ni Rollán ni los otros miembros del gobierno municipal de Torrejón en 2001 tienen "nada que ver con un caso de corrupción que tenga en absoluto relación con el dinero" ni con "enriquecimiento ni lucro de nadie".

Es el mismo argumento que esgrimen en el entorno de Tomás Gómez para justificar la decisión de mantener a Rollán en su cargo del partido. Aseguran, primero, que la condena no es firme y, segundo, que no puede hablarse de corrupción sino de una cuestión administrativa que no ha implicado el enriquecimiento personal de nadie.