La caja ignora la presión del Gobierno para que se convierta en un banco
Facenda tampoco considera necesaria la entrada de capital privado en la entidad
Quien se mueva saldrá en la foto. Parece que es ese el mensaje de los mercados, reinterpretado por el Gobierno y el Banco de España. Cuando en Galicia apenas ha dado tiempo a digerir la fusión entre de las cajas llega un nuevo tsunami financiero que pide sangre fresca. Pero ni la Consellería de Facenda, ni el BNG -ni siquiera el propio PSdeG-, quieren abrir el melón de la privatización. Aunque las dudas de solvencia que planean sobre el sector de las cajas están apremiando al Ejecutivo para forzar la nueva sacudida en el sector financiero.
Novacaixagalicia (NCG) aseguró ayer que no va a pedir más dinero al fondo de ordenación bancaria (FROB), que está cumpliendo el protocolo de fusión para alcanzar las ratios de solvencia y liquidez marcadas y que, si bien no descarta emitir cuotas participativas (similares a las acciones y con derechos políticos), "sería siempre desde el prisma de no perder el carácter de la caja". También reitera que sus datos de exposición al ladrillo no le van a causar disgustos cuando se hagan públicos en febrero.La Consellería de Facenda, y por extensión el ala económica del Partido Popular, no quiere asumir el coste político de entrar en ese debate. Sobre todo después de haber proyectado la idea de que una fusión en Galicia era la única manera de seguir conservando el poder financiero. "El protocolo de fusión solo contempla una posibilidad, que siga siendo una caja. La Xunta no ha recibido ninguna comunicación del Banco de España en otro sentido", aseguraba ayer un portavoz del departamento que dirige Marta Fernández Currás. Pero hace ya algunos días que el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, avanzó la hipótesis de que pronto necesiten abrir las puertas a los inversores. Y en ese momento, dijo en una entrevista a la Cadena SER, lo mejor es que los partidos "pacten" la defensa de los intereses de Galicia. Incluso que pacten "la entrada de inversores".
El BNG rechaza que las entidades renuncien a su vocación social
Ayer, el portavoz socialista Abel Losada pidió conocer la posición de Alberto Núñez Feijóo en este escenario, "ya que fue él el que intentó patrimonializar la fusión". Pero no se aventuró a manejar la posibilidad de que Novacaixagalicia pase a ser un banco controlado por accionistas. Más gráfico fue Carlos Aymerich, que desde el BNG explicó que esas supuestas necesidades de recursos son "una excusa" para forzar al sector de las cajas a que se rindan al capital en un plan impulsado por el Gobierno con el "silencio cómplice", del Partido Popular. El objetivo: "Despojar a las cajas de su carácter social y convertirlas en mercancías que se puedan comprar y vender".
Hace varias semanas que La Caixa, una de las entidades teóricamente más fuertes, anunció la intención de dar el paso hacia la bancarización, algo que en Cataluña no levantó ampollas. Los directivos de la caja gallega, en cambio, siempre se han mostrado reacios a abandonar la naturaleza jurídica actual pese a que han reconocido que los próximos cinco años serán muy difíciles (tendrán que devolver los 1.164 millones pedidos al FROB a un interés superior al 7%).
El recorte de oficinas ya ha empezado. Ayer se anunciaron los próximos 90 cierres, la mitad fuera de Galicia. Las oficinas que recibirán el negocio de las que se clausuran son 83. Al finalizar la primera fase, Novacaixagalicia contará con una red comercial de 1.284 oficinas, el 61% en Galicia. Los ajustes, dice la caja, han sido consensuados con el Banco de España "en línea con la redimensión del sector financiero por una sobrecapacidad de entre el 20% y el 30%".
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