Un preso de Nanclares renuncia a la violencia "por imperativo legal"
Utilizó la misma fórmula que los diputados de Herri Batasuna al tomar posesión antes de su ilegalización. El preso de ETA Ángel Figueroa, ex miembro del comando Lanbroa, ha renunciado a la violencia y ha pedido perdón a las víctimas, pero "por imperativo legal". Esa coletilla le ha valido un informe contrario del fiscal al permiso que había solicitado. El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional todavía no se ha pronunciado sobre su salida.
Figueroa está preso en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava), donde Interior ha confinado a los reclusos de la banda que han firmado cartas en las que expresamente se apartan del terrorismo, piden perdón a las víctimas y se comprometen a hacer frente a las indemnizaciones de sus delitos. Cinco de estos reclusos salen cada día para estudiar o trabajar gracias al régimen de prisión atenuada mientras que otros gozan ya de permisos de hasta 36 días al año.
La junta de tratamiento de Nanclares informó a favor del permiso para Figueroa, pero el fiscal Carlos Bautista recuerda que, en escritos posteriores, el preso solo "se compromete a no usar la violencia en defensa de sus ideas políticas, pero sin pedir perdón por los actos por él realizados en el pasado". Para el fiscal, el uso de la fórmula "por imperativo legal" es un "fraude de ley" y solo demuestra "repugnancia por el ordenamiento constitucional". Figueroa fue condenado a 67 años de cárcel y consta en los listados del colectivo de presos de la banda.
