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Reportaje:Consejero Delegado por un día

Cuando la veteranía y la lozanía se unen

A la segunda edición del programa de prácticas ejecutivas se han presentado 3.936 universitarios

Aciagos tiempos corren actualmente. Que se lo pregunten, si no, a quienes aspiran a entrar en el funcionariado: puestos muy concurridos y pocas plazas convocadas (en 2010, estas se han reducido un 87% en España).

Entonces, ¿hay pruebas más peliagudas hoy por hoy que las oposiciones para ser parte de la Administración Pública? Si a oportunidades nos referimos, puede, siempre que se piense en términos estrictamente matemáticos. Durante el verano, las oficinas de Ray Human Capital y de Odgers Berndtson, en colaboración con EL PAÍS, lanzaron la segunda edición del programa Consejero Delegado por un Día (CEO por un día, del inglés). Tras el éxito de 2009, en esta ocasión se apuntaron 3.936 jóvenes (casi 1.000 más que la vez anterior) de veintipocos años y universitarios todos ellos en el momento en que realizaron la inscripción en julio a través de Internet.

Solo 15 jóvenes, el 0,38% de los que se presentaron, ha pasado las pruebas
Los examinadores destacan el nivel de las universidades españolas
Hay temor a una fuga de cerebros. "Son chavales preparadísimos"
La presidenta de McDonald's comparte facultad con su estudiante

No ha pasado ni medio año y de esos casi 4.000 jóvenes sobreviven 15. El 0,38% de los que empezaron. Una plaza por cada 262 aspirantes. Sonia Pedreira, consejera delegada de Odgers Berndtson y una de las organizadoras, cree que esta avalancha juvenil se debe a que se trata de una "iniciativa orientada a acercar las empresas a la universidad". Y ya se sabe que el futuro manda.

Ya hay nombres y apellidos de los ganadores. Diez chicos y cinco chicas amanecerán durante uno o dos días siendo jefes, patrones temporales de una de estas 15 compañías: Accenture, AstraZeneca, Banesto, Enagás, Gallina Blanca Star, IBM, Liberty Seguros, McDonald's, Microsoft, Pfizer, Sony, Unilever, Vestas, Vodafone y EL PAÍS. Durante 24 horas ejercerán la responsabilidad. Acompañarán a los agraciados en su periplo empresarial los 15 CEO de verdad. El resultado es una fundición de la experiencia y la lozanía.

Los 15 estudiantes no han aterrizado por casualidad. La mayoría cuenta con currículos inmaculados, todos dominan el inglés, amén de terceros idiomas (alguno habla hasta cinco lenguas), han recorrido mundo y muchos tienen ya una prolífica experiencia laboral, pese a su corta edad.

Cuenta de ello da una de las elegidas, la valenciana Carla Esplugues Varona, de 22 años. Carla Esplugues se mueve como pez en el agua en francés, inglés y alemán, y hace sus pinitos en italiano. Estudia la doble titulación de Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Saca buenas notas. Tiene ya agenciadas unas prácticas en un célebre bufete de abogados, planea cursar un Erasmus el año que viene y, por si lo anterior fuera poco, dio clases de solfeo. A Carla le ha tocado visitar la farmacéutica Pfizer: "Creo que voy a descubrir si me apasiona el mundo empresarial", comenta. "La verdad es que cuando vi el número de aspirantes que se presentaron el año pasado pensé que nunca me seleccionarían", dice.

Y la escogieron. Primero, ya se ha dicho, eran 3.936. Todos realizaron varias pruebas (de lógica, de cultura general, de gestión de la información) vía online, y casi todos, por feo que suene, murieron en el intento: solo pasaron el primer filtro 160.

Después llegaron más y más pruebas. Las examinadoras de Ray Human Capital y de Odgers Berndtson convocaron a los concursantes en Madrid y en otras delegaciones (Carla Esplugues presentó sus credenciales en Valencia). Los segundos ejercicios se basaron, sobre todo, en dinámicas de grupo: seis personas exponían sus ideas, su ingenio. Cada uno delante del resto y de las profesoras. Estas, una vez revisadas las aptitudes de los 160, sus currículos, sus ambiciones, seccionaron la lista de candidatos, dejándola en 32.

Con ese número lo tuvieron más complicado. Almudena Corral, una de las responsables del proceso de selección, evoca las dificultades. "Los 32 eran casi perfectos. No solo intelectualmente, sino por su forma de ser, emprendedores, decididos", alaba. "Fue el peor papel que recuerdo, tener que descartar a 15 personas preparadísimas". Corral, no obstante, envía a esos 15 desafortunados, chavales que se quedaron con la miel en los labios, "un mensaje de ánimo". "Y también se lo mando al resto", agrega, "pues en las anteriores cribas tiramos a gente realmente buena. He alucinado con el nivel de preparación que asumen las universidades españolas". No es la única que se ha quedado prendada de la enseñanza superior. "La preparación de los participantes es digna de admirar, y desde la universidad, ya sea pública o privada, hay una clara vocación por formar a los estudiantes. No ya solo académicamente, sino también en valores", destaca Sonia Pedreira.

Almudena Corral señala que el proceso de selección "ha sido muy parecido al del año anterior", con el añadido de que en esta ocasión el programa CEO por un día contaba ya con un año de vida. Razón por la cual se han introducido pequeños cambios, como elegir, valga la redundancia, a jóvenes todavía más jóvenes que en 2009 (una media de edad de 22 años, por 23 la pasada edición). "En la última prueba, cuando solo quedaban 30 personas, decidimos personalizar más el proceso. Hace un año nos reunimos con los 30 [tanto la vez anterior como esta se les ha hecho, asimismo, una entrevista individual]; ahora les hemos ido llamando de cuatro en cuatro". Detalles que enriquecen.

El reverso de CEO por un día, si es que lo hay, hay que buscarlo fuera de este programa, en la sociedad española. Se trata de la tristemente célebre fuga de cerebros que lamenta Almudena Corral y que planea sobre los jóvenes más capacitados del país. Alejandro Lozano, un burgalés de 22 años que visitará a finales de enero al fabricante de aerogeneradores Vestas, no solo se ve, "probablemente", fuera de Castilla y León, "sino también fuera de España" si el paro, la crisis y esas cosas siguen campando a sus anchas.

Diplomado en Empresariales, Lozano estudia en estos momentos cuarto curso de Administración y Dirección de Empresas. Pasó un año en Bruselas, de Erasmus. Y percibe en su visita a Vestas una "oportunidad de futuro", ya que se trata de una compañía vinculada a las energías renovables. Por si hay dudas sobre su destreza con los idiomas, habla, por este orden, francés, inglés y alemán.

Habrá sorpresas. Por ejemplo: Patricia Abril, presidenta de McDonald's, tendrá enfrente a una chica que estudió su misma carrera en la misma facultad...

Los estudiantes Juan Cañas, Alberto Hurtado, Íñigo Veiga, Angi Regueiro, Sara de Eustaccio y Sara Bustillo.
Los estudiantes Juan Cañas, Alberto Hurtado, Íñigo Veiga, Angi Regueiro, Sara de Eustaccio y Sara Bustillo.L. SEVILLANO Y C. ROSILLO

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