El Gobierno de Pakistán se consolida con la retirada del 'gasolinazo'

El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, logró finalmente ayer restablecer la coalición gubernamental y dar un pequeño respiro a un país acosado en todos los frentes: económico, político y sobre todo por la violencia que desangra el único Estado musulmán dotado de armas nucleares. Gilani tuvo que dar marcha atrás en el llamado gasolinazo para que el MQM volviera al redil de la coalición que abandonó el lunes pasado. Según el MQM, la subida del 9% en el precio de los combustibles era "insoportable" para la inmensa mayoría de los 170 millones de paquistaníes, de los que el 70% viven por debajo del umbral de la pobreza.

Tras la apuesta de Gilani por la estabilidad política se encuentra el duro golpe sufrido el martes por el gobernante Partido Popular de Pakistán (PPP), cuyo gobernador en la provincia de Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por su propio guardaespaldas, un islamista radical.

Gilani se reunió con los distintos líderes de la oposición para evitar una moción de censura y pudo constatar la impopularidad del gasolinazo y de la reforma fiscal que también ha dejado aparcada. Sin embargo, ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Estados Unidos criticaron la decisión de Islamabad, que contraviene las exigencias del FMI para desembolsar el crédito de 8.500 millones de euros necesario para evitar la bancarrota. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, se reunió con el embajador de Pakistán en Washington y le dijo que considera "un error la marcha atrás en el progreso conseguido para reforzar la base económica de Pakistán".