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Columna
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Aire fresco

El humo del habano se elevó en pocos instantes formando una capa a media altura de la sala, y la memoria olfativa me arrastró a la infancia. Hijos de un buen fumador de puros, crecimos bajo esa nube azulada hasta que, cuando la traspasamos, nos fuimos yendo de casa. Como fumador solo de solemnidades, disfruté ese largo momento en la sobremesa del año nuevo, al tiempo que me reafirmaba en el apoyo a la ley antitabaco e igualmente en el rechazo a las conductas integristas como la que viví hace unos días en París, en la terraza del café Deux Magots, que hube de abandonar porque mi vecino de mesa me reprochó que estuviese saboreando un puro.

Tengo la sensación de que siempre es Navidad. Es un mes, o dos, de recuentos, despedidas y cierres. La despedida es un tránsito, un hasta luego. El cierre es el adiós, como aquel rótulo que los religiosos, para atemorizarnos, nos hacían imaginar colocado a la entrada del infierno y que decía "nunca, jamás", o mejor, como lo expresó Dante, lasciate ogni speranza...

Hoy no haríamos igual la Cidade da Cultura, pero ya es irreversible y pasó el momento de la crítica

Lo de CNN+ ha sido un cierre que muchos sentimos en el alma, porque desaparece una cadena ajustada a las demandas de un amplio sector de la población opinante, por su perfil ponderado, avanzado y al mismo tiempo ecuánime, con periodistas y programas de debate como los dirigidos por Antonio San José, Mónica Sanz o Iñaki Gabilondo, espacios imprescindibles para una comunicación plural que informaban y creaban opinión. Nos quedan sobre todo los telediarios de Televisión Española que en el último año, bajo la presidencia de Alberto Oliart, incluso han ganado prestigio y credibilidad.

Aunque presencié la apertura de la Puerta Santa, no quise asistir a la ceremonia de despedida del año jubilar porque temía a la nostalgia. La catedral de Santiago ha recuperado la paz. Dentro de poco se llenará de andamios para corregir sus patologías estructurales y constructivas, pero creo que estos 11 años de paréntesis jacobeo bien podrían servir para dilucidar, por un lado, la extensión de la catedral en las plazas circundantes, que son el punto de inflexión de la ciudadanía y el espacio del espíritu. En mi opinión, no deben invadirse con escenarios colosales y espectáculos ruidosos cuando hoy la ciudad dispone de recintos más adecuados, ni tampoco con misas de campaña con el pretexto de cualquier festividad. Por otro lado, valdría para profundizar en la íntima relación entre catedral y Camino. La verdad es que la comprensión de la peregrinación nos ha superado para convertirse en algo global, al mismo tiempo religioso, espiritual, mediático, turístico, cultural, aventurero... Es un mestizaje que tenemos que saber comprender y escrutar para evitar su banalización o su sacralización.

El humo seguía ascendiendo y colmatando la sala, con permiso y placer de los concurrentes. La conversación giró hacia la Galicia de las ciudades. Según las últimas estimaciones, las áreas de Vigo y Santiago tienen la proyección demográfica más potente y demuestran que el crecimiento ha superado de forma irreversible el ámbito local. Esto, junto con las otras áreas urbanas y metropolitanas, plantea el problema de cómo gestionar esos nuevos espacios. No es tanto un tema de competencias, de estatutos ni de órganos de gobierno, como de cesión política de la Xunta y las Diputaciones hacia los nuevos entes, no para estar unos de este lado y los otros del de más allá, sino todos sentados en torno a la mesa. Me gustaría decirles a las oposiciones y Gobiernos que la política no es solo enfrentamiento, sino también cooperación. A la oposición, cuando colabora, la vemos como alternativa, y el Gobierno, cuando comparte decisiones, se hace más transversal y amplía su abanico electoral. Muy al contrario, 2010 ha sido un año agotador de sístoles y diástoles automáticas.

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Empezamos el año nuevo hablando de Compostela y de la relación compleja entre la ciudad culta y la Cidade da Cultura. Creo que ya pasó el momento de tomarla solo como objeto de crítica, a veces como un pañuelo de papel o un juguete del que se puede hablar mal a diestro y siniestro y, sin embargo, beneficiarse a sus expensas. Seguramente, si hubiera que tomar hoy la decisión, no la haríamos ni en ese lugar ni de esa forma, pero es un hecho irreversible, pues la semana próxima se inauguran tres edificios, al mismo tiempo que se compensa a las empresas adjudicatarias de los restantes con una alta indemnización por no empezar las obras. El Gobierno de la Xunta debe tener mirada amplia y abrir la Cidade a las formaciones políticas que también la han hecho suya, como las integrantes del anterior Gobierno bipartito, a las ciudades, a las universidades, a los agentes sociales. Me gustaría, por ejemplo, ver al presidente enseñársela a los alcaldes y conseguir su implicación con proyectos concretos.

El humo se esfumó al abrir la ventana y dar entrada al aire fresco de 2011. Eso, que sea fresco.

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