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Reportaje:

Famosos fuera, ignorados en casa

Jóvenes arquitectos de Alicante acumulan prestigiosos premios por sus obras

Una nueva generación de arquitectos jóvenes, ninguno supera los 40 años, se ha gestado en Alicante y está cosechando importantes galardones, tanto nacionales como internacionales, por sus proyectos e ideas. Sin embargo, en su tierra apenas son conocidos y se quejan de que las instituciones les ignoran y convocan pocos concursos. "Es como si se desperdiciara nuestro talento", aseguran Carlos Bañón, Andrés Silanes y Fernando Valderrama, del equipo SUBArquitectura (www.subarquitectura.com).

Ellos diseñaron la estación del Tram en Míriam Blasco, más conocida en Alicante como la del queso gruyere, por sus agujeros. El proyecto obtuvo un premio en la IX Bienal de Arquitectura Española, fue nominado a los Mies van der Rohe en 2009, premio en la Bienal Internacional Balthasar Neuman 2008, Premio LAMP 2007 y se expuso en Londres. "Somos gente con formación, ideas, con muchas ganas pero aquí te ofrecen pocas oportunidades", admiten estos diseñadores que pertenecen a la primera promoción de Arquitectura que se licenció en la Universidad de Alicante. "No hay confianza institucional, no tenemos políticos con ambición ni talento", aseguran los autores de la Casa 360º de Madrid, una de las mejores obras de los jóvenes arquitectos de España, y de la remodelación de la fachada y palcos del estadio José Rico Pérez, del Hércules. Junto a ellos, y convocados por EL PAÍS ayer, la ingeniera agrónoma, Marta García Chico y el arquitecto paisajista Francisco Leiva (www.grupoaranea.net) coinciden en el análisis y se quejan de los pocos concursos públicos que se convocan por parte de las instituciones de Alicante.

"Trabajamos ajenos a la tentación del dinero y el bungaló fácil"
"Es como si los políticos despreciaran nuestro talento"

Leiva acaba de recibir un premio FAD por un instituto en Rafal, localidad al sur de Alicante, y en el año 2006 el MOMA de Nueva York seleccionó uno de sus proyectos para una exposición, además han diseñado las primeras viviendas sociales con criterios medioambientales, que se construirán, por parte del IVVSA, en la avenida Vicente Ramos de Alicante, si la crisis no lo impide. "Llevamos 12 años trabajando, ajenos a la tentación del dinero y el bungaló fácil, porque creemos en una arquitectura sostenible", explican.

Todos ellos se muestran muy críticos con el urbanismo desaforado y los excesos desarrollistas de los últimos años. De hecho, uno de ellos ironiza comentando que son un poco los arquitectos resaca, han sufrido las consecuencias de la borrachera que supuso la construcción de miles de viviendas, y ahora pagan las consecuencias. Pese a la proyección internacional de García y Leiva, con una nominación a los premios Mies en esta edición, no han recibido ningún encargo de las instituciones alicantinas. "Los políticos quieren arquitectos sin problemas, que acaten sus ideas y sean dóciles, así evitar el debate o la confrontación", aseguran.

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Sonia Miralles acaba de ganar el premio de edificación del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, y aguarda como la mayoría de sus colegas, que el Ayuntamiento de Alicante ejecute el proyecto para construir en diez solares libres en el barrio de San Antón. "Somos apasionados de la arquitectura", afirma Miralles quien también lamenta que "no confíen en nosotros, nos preocupa la ciudad pero nadie nos llama". Manuel Lillo ganó el concurso del Auditorio Llisera en Sant Vicent y quedó segundo en el concurso para Casa Mediterráneo, y considera que esta generación de arquitectos con proyección de Alicante tiene su "caldo de cultivo" en la Universidad cuyos profesores les transmitieron "el interés por la arquitectura y la ciudad".

Vicente Iborra e Iván Capdevila, que hasta el año 2010 estaban en YIC y luego en Play Studio (www.playstudio.es), acumulan más de siete premios internacionales por sus proyectos de viviendas en las que buscan la sostenibilidad social y cultural. "En los grandes debates urbanos debemos intervenir, pero el problema es que no se nos conoce", y admiten que quizá sea porque "nadie es profeta en su tierra", se lamentan. Ellos pretenden cambiar al modelo de estudio de arquitectura tradicional, por eso incorporan a expertos de diversas áreas para trabajar en red y mejorar el producto final.

Juan Carlos Castro, su hermana Carmen y Nathalie Girón, integran el estudio Barbarela (www.barbarela.net) que consiguieron dos años consecutivos el premio nacional de los jóvenes arquitectos de Cataluña, y diseñaron el Jardín Vertical del nuevo complejo cultural las Cigarreras de Alicante, escenario de este reportaje. Además, están trabajando en la catalogación de las ruinas arquitectónicas contemporáneas, aquellos proyectos que por diversas causas han sido abandonados. Ellos también se quejan del olvido o la marginación institucional, pero Juan Carlos Castro considera que es más "por desinformación que por manía o mala fe". En su opinión, esta generación es fruto del trabajo de la Universidad de Alicante que formó a unos arquitectos "con un buen nivel que compiten ahora honestamente". Todos ellos son jóvenes, alicantinos con un compromiso con una arquitectura multidisciplinar, sostenible, vanguardista y que, por ahora, cosechan más éxitos fuera que en Alicante.

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