Máquinas de morder y matar
La muerte de una mujer en Huelva por dentelladas de un rottweiler reabre el debate sobre la regulación de mascotas potencialmente peligrosas
No fue un accidente ni un homicidio. El ataque de sus dos perros, de raza rottweiler, costó la vida el sábado pasado a una mujer de 45 años a tres kilómetros de Villanueva de las Cruces (Huelva, 430 habitantes). El cuerpo de la víctima fue encontrado por un hijo a las puertas de su finca. Estaba en la cuneta, junto al vehículo, lo que en un primer momento hizo pensar que se trataba de un accidente de tráfico e incluso de un homicidio. Sin embargo, la Guardia Civil se percató enseguida de las profundas mordeduras. Supuestamente, los dos perros de raza rottweiler que guardan la parcela atacaron a su dueña y la mataron a dentelladas.
La autopsia, practicada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Huelva, descartó cualquier intervención humana en las heridas de la mujer. Ambos perros estaban sueltos por la finca y fueron apresados. Probablemente serán sacrificados en los próximos días, según la Guardia Civil.
Los mordiscos caninos causaron en 2010 cinco muertos en España
Los expertos han cuestionado en muchas ocasiones la actual legislación
El de Huelva no es un caso aislado. La mordedura de este tipo de animales, "potencialmente peligrosos" para unos, "asesinos caninos", para otros, provocó el año pasado cinco muertos en España. Y en los últimos 10 años se calcula que una veintena de personas han fallecido por las mismas causas.
La normativa que regula la tenencia de animales -un real decreto de 2002- no ha logrado terminar con los ataques de perros que, por su agresividad y su acometida, pueden representar una amenaza para la integridad física de las personas. Los expertos han cuestionado en numerosas ocasiones esta legislación. Creen que los requisitos contemplados -tener una licencia de fauna doméstica potencialmente peligrosa, certificado de capacidad física y aptitud psicológica, medidas de seguridad- son insuficientes y no ha conseguido frenar los ataques de perros de razas violentas, como pitbull o rottweiler.
"No hay perros potencialmente peligrosos, sino dueños muy peligrosos", alerta Enrique Granada, propietario de una residencia canina y partidario de crear una ley para que se prohíba a "determinada gente" tener "determinados animales". Contrariamente a lo que especifica el decreto aprobado hace ocho años, asegura que el rottweiler es "como la madre Teresa, buenísimo, tiene un carácter excelente y quiere mucho a los niños". Para Granada, el problema es el concepto que se tiene de estos animales. "La gente está muy equivocada. Se trata de un perro de laboratorio. No es una raza natural, sino creada, como el pitbull o el pastor alemán. Es muy bueno para el ataque y la defensa. El problema se produce cuando los dueños impulsan estas características. El perro es una máquina de matar o morder. Pero si se le adiestra para lo contrario puede ser el mejor del mundo".
De los cinco muertos del año pasado por mordiscos de canes, dos eran niños. Uno de ellos, de dos años, fue atacado en Pazos de Borbón (Pontevedra) por la mascota de la familia, un pitbull. Ocurrió a mediados de mayo y tres semanas después otro niño de cuatro años falleció en Santa Cruz de Tenerife por las dentelladas de un ejemplar de la misma raza. El animal se abalanzó sobre el pequeño y le clavó los dientes en el cuello cuando estaba jugando con su madre.
A la hora de atribuir responsabilidades, la Administración ha seguido varios caminos. En el caso del niño de Galicia, por ejemplo, la Guardia Civil imputó a su padre un delito de homicidio imprudente por no haber tomado las medidas de seguridad relativas a animales potencialmente peligrosos.
La mujer muerta en Huelva es la segunda víctima que muere en Andalucía en el último mes y medio por dentelladas de perros. En un picadero de Carcabuey (Córdoba) un hombre de 55 años fue agredido por un rottweiler y otro ejemplar de esta raza cruzado con pitbull escapados de una finca. En este caso, el encargado de los perros de presa fue arrestado por un presunto delito de homicidio por imprudencia y otro de lesiones. Poco después fue puesto en libertad tras comprobar que tanto el seguro como las vacunas estaban al día. Además, había denunciado la desaparición de los perros previamente.
Otras dos muertes se produjeron en Barcelona. Una jauría de una veintena de ejemplares mató a dos indigentes con los que convivían. Aunque la mayoría eran podencos, la pelea entre la jauría derivó en el ataque a un hombre de unos 60 años y a una mujer, de alrededor de 55. Graves lesiones produjo también un bull terrier a un matrimonio de Berja (Almería), que perdieron un dedo cada uno cuando intentaron defender a su bebé del ataque de la mascota.
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