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Empresas de la trama de Terra Mítica evadieron 1,6 millones

El perito de Hacienda constata ingresos sospechosos en dos cuentas en Andorra

El 17 de mayo de 2001 Antonio Moreno Carpio, José Luis Rubio y Vicente Conesa, todos ellos imputados en el caso Terra Mítica por fraude fiscal a Hacienda, falsificación de facturas y delito mercantil, abrieron dos cuentas en Andorra. En ellas ingresaron más de 1.600.000 euros. Lo dice el perito de la Agencia Tributaria que ha analizado la documentación del sumario abierto en el Juzgado de Instrucción número tres de Valencia. "Hay que destacar, asimismo, la coincidencia de fechas de los ingresos, siempre en efectivo, realizados en tales cuentas: 17 de mayo de 2001; 11 de junio de 2001; 30 de junio de 2001; y 23 de agosto de 2001, totalizando dichos ingresos 27 millones de pesetas en la primera cuenta y 240 millones de pesetas en la segunda". Es decir, en total más de 1.600.000 euros.

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Conesa es, a juicio de la fiscalía, el elemento fundamental de la trama que facturó a Terra Mítica por obras inexistentes o sobrevaloradas. De los 4,4 millones de euros que supuestamente se han defraudado, 2,7 llevarían su firma. Es amigo de Eduardo Zaplana, ex presidente de la Generalitat. Fue investigado después de realizar diferentes trabajos para el Ayuntamiento de Benidorm, precisamente cuando Zaplana era alcalde. Conesa está al frente de varias de las empresas de la trama de facturas falsas del caso Terra Mítica. El propio perito minusvalora el hecho de que en las sociedades estén su mujer y dos de sus hijos porque considera que era él quien dirigía absolutamente el destino de las sociedades.

El perito analiza dos informes presentados por Conesa y elaborados por profesores de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Miguel Hernández. En ellos se sostiene la regularidad de las operaciones de las mercantiles del imputado con Terra Mítica. Pero el perito de Hacienda, replica, por ejemplo, que "conviene destacar que la fuente documental utilizada" en esos informes "es la proporcionada por C3", que es una empresa del propio Conesa. Al experto le llama la atención que los informes de los profesores no detallen la llamativa falta de personal de C3 para desarrollar los contratos con Terra Mítica. Además, "no existe ninguna valoración u opinión con respecto al personal (número, cualificación) que habría sido necesario para desarrollar las obras". Y tampoco se incluye "un inventario del material" usado por C3 en las distintas actuaciones.Vicente Conesa y sus empresas son objeto de especial atención por parte del perito, al que sorprende el elevado nivel de facturación con Terra Mítica, participada por la Generalitat de forma mayoritaria cuando ocurrieron los hechos investigados, y con el resto de empresas de la trama.

El parque de Terra Mítica pagó 3.395.687,64 euros entre 2000 y 2001 a las empresas Altos del Carrichal, Desarrollo Gran Vía, Red Moreno, Prexint Botànics y C3 Ingeniería. A esta última, de Conesa, 2.213.788,52 euros. Y esos pagos se sustentan en facturas falsas, principalmente por trabajos que no existieron y algunos que se sobrevaloraron.

Otro grupo de empresas de la trama llama la atención porque también tiene un alto volumen de facturación con Terra Mítica, aunque en este caso la mayoría de ellas realizaron los proyectos. No obstante, hincharon las facturas. Se trata de AST Ingenieros, Depimsa (también de Conesa), de nuevo C3 Ingeniería de la Construcción, Excavaciones Escoto, y la propia Terra Mítica, por aceptar el pago. En 2000, las adquisiciones que hicieron estas empresas conjuntamente a otras sociedades de la causa fueron por valor de más de 8,9 millones de euros, y en 2001 por más de 5,5 millones de euros.

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Así, el perito explica que la documentación aportada por estas mercantiles tiene apariencia de legalidad. Sin embargo, "hay constancia en los expedientes de comprobación de que, cuando la Inspección [de Hacienda] requirió la aportación de relaciones o listados de trabajadores de los subcontratistas, no existían". Y agrega que tampoco fueron aportados "los presupuestos y contratos de determinadas operaciones, lo que resulta especialmente llamativo en el caso de Terra Mítica". A eso añade que "hay que citar la falta de justificación de determinados trabajos técnicos recibidos de terceras empresas, sobre todo por parte de Depimsa y C3", así como "irregularidades contables en el caso de AST".

Depimsa, empresa de Conesa, adquirió a varias de las firmas relacionadas con la causa por 1.395.530,37 euros. Y como señalaron los inspectores cuando se inició la causa en Hacienda, el experto considera que "las facturas recibidas de los proveedores Altos del Carrichal, Prexint Botànics, Traux, Desarrollo Gran Vía y AST no se consideran ajustadas a la realidad". ¿Por qué? "Por no haberse justificado la realización de los trabajos en ellas contenidos", precisa.

C3, la otra firma de Conesa, facturó en 2000 más de 1,2 millones de euros. Y al menos otros 1,8 millones en 2001. El perito señala que esa facturación tiene como característica "la concentración de actividades en el área de Benidorm, en concreto alrededor de las obras realizadas en el área del Parque Temático y de la Sociedad Parque Temático de Alicante [ahora Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana]". O "en obras públicas o privadas en su área de influencia", apunta el experto de Hacienda.

De la actividad de C3 con Terra Mítica, el perito cuenta que "recibió un volumen muy importante de facturas provinientes de Red Moreno, Altos del Carrichal, Prexint Botènics, Gribal y Desarrollo Gran Vía". Para él, "una buena parte no respondía a operaciones reales, simplemente tenía la función de compensar las importantes cifras de ingresos de esta sociedad". La conclusión la argumenta en "la falta de justificación de las operaciones facturadas, así como el hecho de que los importes pagados por C3 se dirigían en la mayoría de los casos mediante endosos a otras sociedades".

El perito lo deja claro en el informe y dice que "las referidas operaciones no han respondido a la realidad". Y una vez analizada la documentación de las empresas de Conesa y el resto de firmas que se sitúan en la trama en el mismo nivel, afirma que existen "nuevos indicios sobre la existencia de un circuito financiero por el que los importes pagados a sus proveedores por estas empresas, acabarían volviendo a ellas".

Junto a estas firmas investigadas estaba la propia Terra Mítica, que asumía las facturas falsas. Y el perito destaca que existían "mecanismos de control económico, financiero, contable y técnico que, en principio, deberían haber impedido cualquier tipo de irregularidad". Pero, como él señala, "los citados mecanismos no han funcionado adecuadamente, lo que ha generado situaciones en las que no resultan suficientemente acreditadas la realización de los bienes o trabajos adquiridos".

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