Caldosos
Parece de obligado cumplimiento que en las playas y sus aledaños se imponga la cocina marinera, y así suele suceder. Sin duda, los productos están al alcance de la mano o de la cercana lonja, y este hecho condiciona -y ha condicionado- la cocina popular, aquella que se fraguó en las casas particulares y ha aterrizado en merenderos y restaurantes de superior pretensión. También ha sucedido en Soqueta, clásico de la playa de Oliva, ahora seriamente remozado para proporcionarle mayor amplitud y comodidad al comensal, que partía de los supuestos convenidos y por tanto se vanagloriaba de las empanadillas de gambeta, de las salazones -véase y admírese la tollina de sorra- de las tellinas recogidas en la inmediata playa, y de las sepias y sepionets, los salmonetes y otros pescados de mayor tamaño -aunque no enjundia- que se servían y se sirven en simples y sabrosas preparaciones.
RESTAURANTE SOQUETA
Vía de Ronda s/n. Playa de Oliva.
Valencia. Teléfono 96 285 452
Principal apartado de su cocina es el arroz, que por lo ya señalado se suele ilustrar con algunos de los productos ya citados más los consabidos mariscos: léase gambas y cigalas, langostas y bogavantes, entre otros seres de la mar que acondicionan las paellas del señoret o los melosos marineros.
Pero he aquí que surge el asombro cuando se demanda un caldoso de pollo, casi en tierra de infieles para los amantes de los frutos del monte y del corral, y su degustación nos convence de verdades que hoy parecen insólitas, como que las aves que ahora comemos pueden tener solvente sustancia y sabor, y que las verduras que adornan nuestros afamados guisos gozan de la misma condición si se procuran en los lugares y temporadas adecuados. Y todo a cien metros de las arenas mediterráneas.
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