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Nuevo Gobierno catalán

"La cultura catalana estará en las mejores manos"

Tresserras elogia a Mascarell en el traspaso del cargo - Recoder alaba las infraestructuras del tripartito

"Tendremos menos dinero pero deberemos hacer más y mejor". Con esa frase, Artur Mas, presidente de la Generalitat, sintetizó la tarea que se le avecina a su nuevo Gobierno. Los 11 consejeros tomaron posesión en un austero y solemne acto en el Salón Sant Jordi en el que prometieron su cargo y dos, además -la vicepresidenta Joana Ortega y la consejera de Justicia Pilar Fernández Bozal-, añadieron "con la ayuda de Dios". En su discurso, Mas agradeció el compromiso de los consejeros "en un momento delicado", pidió comprensión a sus familias -"son un poco menos vuestros y un poco más de todos"- y señaló que el Ejecutivo combina profesionalidad y experiencia. "Y tiene amplitud de miras y traspasa las fronteras de los partidos", dijo en un guiño al ya consejero de Cultura Ferran Mascarell.

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Tras la foto de familia y un brindis en el Pati dels Tarongers, el Gobierno celebró su primera reunión en la que se aprobó el organigrama y los nombramientos. La vicepresidenta, Joana Ortega, abrió después la cadena del traspaso con su homólogo Josep Lluís Carod Rovira y el resto siguió en cadena. Los focos se centraron en el que protagonizó Mascarell con Joan Manuel Tresserras. Habría sido un déjà vu si no fuera porque ambos se intercambiaron los papeles. Hace cuatro años, Mascarell le entregó a Tresserras el lápiz de memoria con los proyectos del departamento. Y ayer fue al revés.

En un gesto de humildad inusual entre los políticos, Tresserras afirmó que con Mascarell "la cultura catalana está en las mejores manos posibles". Y su sucesor le devolvió la flor. "Vengo a dar continuidad al trabajo hecho", indicó Mascarell, para quien es una opinión compartida que "el sector cultural necesita la máxima centralidad". Ante la numerosa audiencia -parte del equipo de Tresserras, el presidente y varios miembros del Consejo de las Artes y la Cultura y directores de distintas instituciones- Mascarell reconoció que "vienen tiempos complicados" y que deberá dar "continuidad a algunas cosas y afrontar algunos problemas nuevos".

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Durante el acto, Mascarell estuvo acompañado por el nuevo secretario general de Cultura, el convergente Xavier Solà, primer teniente de alcalde de Vic de Cultura y Urbanismo. Solà es amigo personal de Mascarell desde 1991, cuando colaboró con él cuando este dirigía la delegación de la SGAE en Cataluña y él era abogado especializado en propiedad intelectual. Y también es amigo de Mas. En su opinión, las diversas procedencias políticas no deben influir. "¿Qué diferencia hay entre la política cultural de Manresa, Vic y Girona, tres Ayuntamientos de distinto signo político?", señaló. "En política cultural puede haber diferencias en los acentos, pero no en las cuestiones de fondo". Àngels Ponsa, de la sectorial de cultura de CDC, aseguró que le parecía "muy bien" el flamante fichaje. "Tenemos el compromiso de que nuestro programa de Cultura se consensuará y en gran parte podrá aplicarse".

La corrección fue la máxima en todos los traspasos. Joaquim Nadal, titular de Obras Públicas, entregó su cartera a Lluís Recoder, de quien afirmó que era la persona más preparada y con más experiencia para el cargo. "Se ha hecho en infraestructuras un buen trabajo estos años", dijo Recoder. En Economía, Antoni Castells se elogió a sí mismo al decir que creía que dejaba el listón más alto que cuando llegó. Y deseó la misma suerte a Andreu Mas-Colell.

El traspaso en Interior entre Felip Puig y Joan Saura fue elegante, pese a que el primero ya ha anunciado que revisará el legado de su antecesor. Los dos se intercambiaron elogios y buenos deseos tras una legislatura en la que CiU ha hecho bandera de la crítica a Saura. Puig, incluso, le felicitó por culminar el despliegue de los Mossos en todo el territorio, un "hecho histórico". El calendario estaba pactado antes de la llegada de Saura.

A diferencia del resto de consejeros, Saura no hizo balance de sus cuatro tortuosos años en el cargo. El ex consejero afirmó que dejaba un país "razonablemente seguro" y se mostró "orgulloso y satisfecho" del trabajo realizado. También lanzó un aviso a su sucesor: el departamento "no es fácil" y "solo es noticia cuando hay problemas". El mismo mensaje envió a Joana Ortega para cuando deba tratar asuntos con el Gobierno central: "Es muy difícil negociar con Madrid".

Esta información ha sido elaborada por Cristina Delgado, Jesús García, Catalina Serra y Àngels Piñol.

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