Buscadores de tesoros sin ánimo de lucro
Arqueólogos piden ayuda para estudiar "las primeras huellas humanas en Galicia"
No hay ninguna explicación científica para la cantidad de yacimientos arqueológicos que inundan la ribera del Miño. Al menos, el arqueólogo Eduardo Méndez no la tiene. Los tesoros prehistóricos se amontonan río arriba desde O Rosal hasta el límite con Ourense, en las terrazas fluviales del Miño, y hablan de los primeros seres humanos que llegaron a la comunidad. Las características del suelo permiten que los materiales se encuentren en buenas condiciones para su estudio. A pesar de ello, la Xunta no muestra interés por financiar una investigación que arroja luz sobre los primeros pobladores de Galicia.
Entre toda la cantidad de restos, destacan dos yacimientos: el de O Cabrón, en Arbo; y el de Porto Maior, en As Neves. El primero pertenece al paleolítico inferior y tiene una antigüedad de entre 250.000 y 500.000 años. Queda pendiente todavía hacer una datación concreta de los restos encontrados. Para ello, los arqueólogos del Instituto de Estudos Miñoranos (IEM), organización sin ánimo de lucro que realizó la investigación, mantuvieron una reunión con la Consellería de Cultura. Según el IEM, este departamento les prometió financiar con 3.000 euros las pruebas para averiguar la antigüedad del yacimiento. Cultura, sin embargo, asegura que estudiará el caso pero no promete nada: "Todavía no sabemos si vamos a poder concederle los 3.000 euros, aunque tenemos presentes esos yacimientos".
Eduardo Méndez, director de arqueología del IEM, considera que sería interesante realizar una segunda fase de excavación, pero el presupuesto no da para más. El instituto ya habló con el Ayuntamiento de Arbo y espera que colabore, con la ayuda de universitarios voluntarios y el trabajo "por amor al arte" de los expertos. Hasta ahora ha sido así. Durante los trabajos extrajeron más de 100 piezas, aunque calculan que, de seguir excavando, podrían encontrar entre 500 y 600. Estas piedras podrían dar información muy valiosa sobre una época de la prehistoria gallega de la que no se sabe casi nada.
Otro de los rastros que dejaron los primeros pobladores de Galicia se encuentra escasos kilómetros río abajo. El yacimiento de Porto Maior, en As Neves, esconde las hachas del paleolítico más grandes de Europa. Aparentemente no parece un dato revelador, pero puede confirmar una teoría a la que son fieles muchos arqueólogos: el hombre llegó a Europa cruzando el Estrecho de Gibraltar. Porque las herramientas encontradas en As Neves tienen un tamaño parecido a las que se conocen de África. "Porto Maior puede convertirse en una referencia en toda Europa para conocer los enigmas del pasado", cuenta Méndez. Méndez señala que, según sus primeras conjeturas, los restos podrían ser aún más antiguos que los de Arbo, por su colocación en la secuencia de la terraza. Para el arqueólogo es incomprensible esta falta de interés por parte de la Xunta, pues se trata "de las primeras huellas del ser humano en Galicia".
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