El Cable Inglés mira al futuro
El cargadero de mineral de Almería se convertirá en un centro de cultura y ocio
El Cable Inglés, uno de los escasos símbolos europeos de ingeniería industrial, realzará su valor y se convertirá en un lugar de referencia de la ciudad de Almería. Este antiguo cargadero de mineral fue construido por la compañía británica The Alquife Mines en 1904 e inaugurado por el rey Alfonso XIII. La instalación, que representa una época de esplendor minero, fue utilizada como medio de transporte, almacenaje y embarque del hierro que se extraía de las prósperas canteras almerienses y se transportaba por vía marítima.
El Cable Inglés tiene una altura de 17 metros y comunica -a lo largo de un kilómetro- la estación de tren con el Parque de las Almadrabillas, antesala del Puerto de Almería. Es un elemento único que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1998. Después de varios proyectos que no llegaron a ver la luz, la dejadez administrativa parecía que iba a convertir este monumento en un amasijo de hierro y acero que descansaría junto al mar. Finalmente, parece que no será así. La Consejería de Cultura invertirá 18 millones de euros en resucitar el viejo cargadero y rehabilitar 1.600 metros cuadrados destinados a la cultura y el ocio.
Este símbolo de la ingeniería del inicio del siglo XX está protegido desde 1998
Ayer comenzó su restauración. En una primera fase, se llevarán a cabo labores de limpieza y protección de la estructura metálica, así como de refuerzo de la instalación. La segunda parte de los trabajos -que concluirá en 2014- servirá para dar vida al Cable Inglés siguiendo el modelo diseñado por el arquitecto almeriense Ramón de Torres. Este se ha basado en la idea original de FST Arquitectos.
El proyecto transformará el antiguo cargadero en un gran centro de cultura y ocio que se abrirá a la ciudad. La actuación respetará y potenciará la estructura existente, que se divide en dos partes: el sistema de acceso y el muelle embarcadero.
El primer tramo es un viaducto metálico y de piedra sobre el que discurre la vía férrea desde la estación de ferrocarril hasta el cargadero. La segunda parte, el muelle embarcadero, permitía que los barcos cargaran el material a partir de las grandes tolvas replegadas en sus laterales.
Los trabajos en este último tramo centran el proyecto de restauración. En su interior se habilitarán varias salas para exposiciones y de usos múltiples para conferencias y actividades lúdicas y culturales. También habrá una cafetería-restaurante con vistas al mar.
Para dar más vida aún al Cable Inglés y para poder pisar la historia que transmite, el diseño incluye una serie de recorridos internos y externos. Así, por ejemplo, se propone un paseo sobre el viaducto desde la estación de tren hasta el embarcadero. En este recorrido se crearán circunvalaciones en forma de bucle para facilitar al visitante zonas de mirador hacia la ciudad y el mar.
El Cable Inglés puede volver a cambiar la historia de Almería dentro de dos años. Si antes hizo resurgir la industria minera, ahora está previsto que se convierta en un foco de turismo y cultura.
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