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Homenaje a Camus

Hace cincuenta años, el 4 de enero de 1960, la muerte del premio Nobel Albert Camus en un accidente de tráfico conmocionó el mundo literario. A la convulsión se añadió el misterio cuando nadie supo encontrar una razón verosímil para explicar el choque de un vehículo que circulaba por una recta en una amplia carretera nacional. Lo que sí encontraron en el maletín de Camus fue el manuscrito de El primer hombre, la novela autobiográfica en la que estaba trabajando por entonces. Pues bien, con aquellos sucesos en mente Berta Vias Mahou ha recreado los últimos meses del escritor en un estupendo relato historiográfico. Valiéndose de una respetuosa tercera persona íntima y sencilla, que quizás es también parte del homenaje, los 12 capítulos de Venían a buscarlo a él tienen por protagonista a Jacques Cormery, el álter ego de Camus en El primer hombre. Retirado en el caserón provenzal que compró en Lourmarin, Jacques recuerda sus obsesiones vitales: el amor a su madre, las ansias de padre -el suyo murió en la Primera Guerra Mundial cuando él contaba un año-, el sol, la arena y el mar de Argelia. Mientras describe la Francia de su tiempo, el París que rehuía y la vida en el pueblo, retrata a familiares y amigos, y relata lides ideológicas y premios en una obra que, además, refleja el desmoronamiento social y ético del mundo colonial en que nació y cuya suerte intuye unida a la suya. Al fin y al cabo, conviene decirlo explícitamente, esta novela da respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué le cabía esperar a un escritor africano y francés, europeo y argelino -por lo tanto, mestizo-, que en plena guerra de descolonización lanzó un alegato a favor de la "tregua civil" y salió en defensa de las aspiraciones más elevadas del hombre, la paz, el respeto y la justicia, en contra de los salvajes tirios y troyanos que le rodeaban? No era Camus tan ingenuo como para ignorar que la paz resulta detestable para los pendencieros y peligrosa para quien la reivindica. De ahí la necesidad de esta novela en donde su muerte recibe una explicación coherente. Y de ahí que haya que agradecer a Vias Mahou este espléndido maridaje, delicado y poderoso a la vez, de historia y novela. Aunque sólo fuera porque nos recuerda que en literatura la verosimilitud sigue ganando por goleada a la sinrazón de la casualidad, no hay que dejarla pasar.

Venían a buscarlo a él

Berta Vias Mahou

Acantilado. Barcelona, 2010

229 páginas. 19 euros

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