El nuevo presidente del TSJA reclama "independencia sin corporativismo"

El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, reclamó ayer independencia para el poder judicial, pero sin aislamiento ni "corporativismo a ultranza", matizó en su discurso de toma de posesión del cargo. Del Río cerró ayer un periodo de interinidad que se abrió el pasado julio con la jubilación de Augusto Méndez de Lugo, que fue presidente durante tres mandatos consecutivos.

Su presentación en la Real Chancillería de Granada, Del Río avanzó su proyecto de actuación, que estará "basado en las personas". Se trata, según dijo, de "recordar día a día que la justicia por sí sola no es suficiente". Más allá de la estricta aplicación del Derecho es necesario un "sentido profundo de respeto y de servicio al ciudadano", recalcó. En esta línea, abundó en la necesidad de "romper con una imagen excesivamente corporativa" de la justicia y abogó por tender "un puente" entre los jueces, las instituciones y la ciudadanía, lo que evidencia, al menos en esta declaración de intenciones, su talante negociador.

"No todos los males de la justicia son imputables a los jueces", dijo Del Río

El objetivo es que cale la idea de "servicio público" y eso implica una serie de medidas inmediatas destinadas a mejorar el trato, la atención e información personalizada. Fue un discurso extenso, en el que esbozó algunas líneas y con el que se comprometió a trabajar en equipo, a huir de una "excesiva jerarquización". El magistrado ha estado al frente de la Audiencia Provincial de Cádiz desde 1998, de ahí quizá su empeño en potenciar la figura de los presidentes de Audiencia, que en su opinión está "desaprovechada" en el organigrama judicial.

Éstos se tendrán que implicar en la vigilancia, detección y previsión de problemas en su ámbito territorial, y junto a los jueces decanos deberán liderar un proyecto de mayor entendimiento y colaboración con reuniones entre distintas instituciones y colectivos profesionales para "aunar voluntades" que permitan mejorar el servicio. A los magistrados les pidió que se sientan desde ya "delegados" del presidente del TSJA.

Apadrinado por su padre, el magistrado jubilado Juan del Río, y por el vocal del Consejo General del Poder Judicial Manuel Torres Vela, Del Río juró su cargo y se presentó como "presidente de todos y para todos". Ante el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, aseguró que tratará de que la actuación de la Sala de Gobierno sea "lo más transparente posible" y propuso más cercanía y presencia en el extenso territorio andaluz, con desplazamientos singulares.

Sobre los problemas que aquejan al funcionamiento de la administración de justicia en Andalucía -con cerca de 900 jueces y magistrados- Del Río va a velar por el "rendimiento óptimo" sin que eso suponga potenciar la figura de un "juez productivista en detrimento de la calidad de sus resoluciones". La inspección y el control de los juzgados y tribunales requieren un sentido "autocrítico que no puede faltar en ninguna profesión", insistió, al tiempo que abogó por un constante control y flujo de información sobre los índices de litigiosidad y disfunciones.

Del Río se implicará en la implantación de la nueva oficina judicial y de impulsar las nuevas tecnologías, tareas pendientes que han avanzado a paso lento los últimos años. Y aunque recordó que la situación de la justicia "no es satisfactoria", insistió en que no todos los males son "imputables" a los jueces.