"Una obligación que cumplir"

Dividido entre los más escépticos y quienes creen que es posible lograr el pase a la siguiente ronda de la Liga Europa, el Atlético apura la corona que logró en Hamburgo ante el Fulham con una misión más que complicada: ganar en Leverkusen y esperar el pinchazo del Aris en su caldera de Salónica (a los rojiblancos también les vale el empate si el equipo griego pierde) ante un Rosenborg que ya está eliminado y lleva un mes sin entrenarse. "Tenemos una obligación que cumplir ante un rival que jugará sin presión, pero con tensión, que para eso es alemán", predica el entrenador, Quique Flores, que en los últimos meses ha perdido buena parte del respaldo de los dirigentes. Tanto el presidente colchonero, Enrique Cerezo, como el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, expresaron en la comida del lunes con los medios no estar en la misma sintonía con el técnico que llevó al Atlético a ganar dos títulos y disputar tres finales tras 14 años de sequía. "No hay feeling, y no nos ha gustado que cuestionara primero a Domínguez, luego a Assunção y después a Godín", comentaron los mandatarios.

El central uruguayo, que no está en su mejor versión, mostró su lado más combativo. "Esto es fútbol y todo puede darse. Se pueden dar tres resultados, ganar, empatar y perder", tiró de clichés el defensa. "No dependemos de nosotros, pero no tenemos nada que perder. Hay que ganar y esperar", abundó Tiago. Mientras los jugadores mantienen un discurso esperanzador en público, los gestores del club ven el lado bueno a la eliminación en privado. "De ser así tendríamos al equipo más fresco, y formulamos los presupuestos de la temporada pensando que como mucho pasaríamos esta ronda, lo mismo que con la Copa, en la que proyectamos hacerlo hasta cuartos. Así nos guardamos las espaldas", explican.

Mientras, Quique trata de quitarle trascendencia al chasco que mucha de la gente de la casa ya tiene asumido: "Creo que históricamente nadie ha conquistado el título dos temporadas consecutivas. Nuestros objetivo es conseguir plaza para la Champions League". A Quique le falló la memoria: el Barcelona ganó las dos primeras ediciones del torneo (1958 y 1960), como el Valencia (1962 y 1963), el Real Madrid (1985 y 1986) y el Sevilla (2006 y 2007).