El fiscal pide 22 años de prisión a un hombre que mató a su esposa
El acusado le asestó 67 puñaladas y luego lavó el cadáver
Juan Manuel Casas Ruiz, de 56 años, se sentará hoy en el banquillo de los acusados de la Sección 27ª de la Audiencia Provincial de Madrid. Se enfrenta a una petición de condena de 22 años y medio, ya que está acusado de haber matado a su esposa, Natividad Juan Barrero Prieto, de 53 años, según el escrito de acusación. Un jurado popular será el encargado de decidir si es culpable o, por el contrario, debe quedar absuelto de estos cargos.
Según el escrito de la fiscalía, Casas se encontraba con su esposa en el domicilio familiar, en el número 29 de la calle de Covarrubias (Chamberí) el 31 de agosto de 2008. Su esposa estaba viendo la televisión, cuando el acusado fue a la cocina y cogió tres cuchillos, dos de ellos de sierra y con hojas de 11,5 centímetros. El tercero era un jamonero de 22,5 centímetros de hoja. "Acto seguido y de forma sorpresiva, inopinada, con la intención de evitar cualquier defensa y de acabar con su vida, comenzó a asestarle múltiples puñaladas en diversas partes del cuerpo con objeto de causarle un sufrimiento desproporcionado y un dolor innecesario para la finalidad que pretendía", recoge el escrito del ministerio público.
La mujer estaba viendo la televisión en su casa cuando el marido la atacó
La mujer intentó defenderse de ese ataque, pero su atacante le asestó 67 puñaladas, según el informe del médico forense. Al menos 54 de ellas le afectaron la mama izquierda, lo que le causó heridas en el hemitórax izquierdo, en un pulmón y en el corazón. El resto le alcanzaron el cuello, la mano derecha, la pierna izquierda, el muslo derecho y el abdomen. "Con motivo de todas estas heridas, Natividad Barrero falleció por hemorragia masiva a causa de una rotura cardiaca múltiple", explica el escrito de acusación.
Acto seguido, Casas lavó el cadáver de su mujer con alcohol y agua oxigenada. Luego llamó a la Policía Nacional y avisó a los agentes del crimen que acababa de cometer. El acusado se encuentra en prisión desde el 2 de septiembre de 2008.
Según el fiscal, los hechos constituyen un delito de asesinato, en el que mediaron las agravantes de alevosía (lo hizo sin dar posibilidades de defensa a la mujer) y de ensañamiento, al aumentar de forma deliberada e inhumana el dolor de su víctima. El ministerio público también aprecia la agravante de parentesco recogida en el artículo 23 del Código Penal y la atenuante de confesión a las autoridades. Por ello, le exige una pena de 22 años y seis meses, además de la inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena.
El escrito también establece indemnizaciones para los tres hijos de la víctima, cuyo importe alcanza los 450.000 euros. Dos de ellas son gemelas, de 21 años, y vivían en el domicilio familiar, mientras que el mayor, de 32, ya se había independizado.
Las dos gemelas -que no se encontraban en la vivienda en el momento del crimen- explicaron a la policía que el supuesto asesino les había preguntado a qué hora pensaban volver, por lo que dedujeron que lo tenía todo previsto. Los vecinos de la calle de Covarrubias también comentaron que la mujer llegaba a veces tarde de trabajar y que se oían discusiones a voces por el patio. "Le preguntaba a chillidos que de dónde venía, pero a ella no se la oía responder", destacó una residente.
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