"Los directivos ahora viajan en clase turista"

Charles Petruccelli (Niza, 1951) es el presidente en el gigante estadounidense American Express de la división de viajes (Global Travel Services), lo que fue el germen de esta compañía hace más de 150 años. No le gusta demasiado hablar de finanzas ni del rescate gubernamental que necesitó su multinacional, y se excusa explicando que el negocio de las tarjetas y los préstamos no lo controla él. Prefiere hablar de móviles. Está convencido de que, tras la revolución de Internet, los teléfonos serán los reyes del negocio de los viajes para ejecutivos.

P. Desde que comenzó la crisis, ¿es en viajes de donde más recortan las empresas?

R. Cuando hay una recesión las empresas ven que sus ingresos caen y empiezan a estudiar cómo recortar los gastos de gestión. Lo primero que hacen es eliminar o reducir los viajes, la publicidad y los gastos de consultoría. En el momento duro de la recesión, entre septiembre y octubre de 2008, las grandes compañías tomaron esa decisión. Con las pymes la cosa cambia un poco: en ellas se hacen viajes de oportunidad. Es decir, que viajan para buscar un posible negocio. Y esos viajes no se pueden cortar por sistema. Lo que es igual para todos los empresarios es que, cuando viajan, ahora se sientan en la parte de atrás del avión, van a hoteles de menor categoría, usan coches más modestos, no acuden a conferencias ni charlas...

"Algunas políticas en gastos de viaje volverán a ser como antes. Otras no"

"La teleconferencia ahorra traslados, pero aún hay visitas imprescindibles"

"Los Gobiernos han salvado financieras porque así han salvado el sistema"

"Internet revolucionó los negocios. Ahora los móviles lo volverán a hacer "

P. Debe haber sido duro sobrevivir para ustedes.

R. Es complicado. La clave es que las grandes empresas solemos tener más margen para ser flexibles y adaptarnos. Facilitando, por ejemplo, muchos de los negocios online se puede ahorrar mucho.

P. Cantidad de expertos han dicho que la crisis tiene su raíz en que los consumidores gastaron más de lo que se podían permitir. ¿Hasta qué punto las empresas financieras, como la suya, no son responsables de ello?

R. No soy un experto en ese campo, porque no me encargo de la división de tarjetas de crédito. Pero, por lo que veo a mi alrededor, la crisis empezó claramente con un sobreendeudamiento de personas y empresas. De ambos. Pero creo que todo esto está ahora siendo enmendado. Tenemos cambios en regulación, y por desgracia ejecuciones hipotecarias... Las deudas no fueron buenas.

P. Amex nació en el siglo XIX. Ha sobrevivido a muchas crisis. ¿Es esta la peor?

R. No sé. Esta ha sido mundial. Eso es clave. En octubre y noviembre de 2008 la situación, desde mi punto de vista, era crítica para todos los países. Las compañías iban a la bancarrota. El sistema financiero entero se fracturaba. El acceso a la liquidez era imposible... Pero el modo en el que los Gobiernos han reaccionado a esto ha sido impresionante. Han salvado el sistema.

P. ¿Y por qué los Gobiernos ayudaron a empresas financieras como la suya y dejaron caer otras?

R. Porque no salvaron financieras, salvaron el sistema económico entero.

P. De los cambios de consumo que me ha contado, como el de los ejecutivos que viajan en clase turista. ¿Serán permanentes?

R. Honestamente, creo que con la crisis las empresas han revisado su política de viajes. Se han hecho rigurosos con ciertas normas... Algunas cosas se recuperarán, pero otras políticas no cambiarán, porque ha habido un cambio profundo de convicciones y comportamientos. Además, las nuevas tecnologías avanzan para llenar algunos huecos. La teleconferencia, por ejemplo. Es una tecnología que ya es muy madura. Yo hago muchas de mis reuniones internas con telepresencia. Con mis colegas en Phoenix, Nueva York...

P. ¿Pero eso no es tirarse piedras en su propio tejado?

R. No. Creo que hay que ser eficiente. Hay viajes que pueden cambiarse por telepresencia. Pero con los clientes..., es otra cosa. Con ellos a veces hay que verse cara a cara. Eso no cambiará. Porque si no lo haces tú, la competencia lo hará y se los llevarán.

P. ¿Europa y Estados Unidos han pasado a un segundo plano para ustedes?

R. No. Aún son fuertes y grandes. Pero es cierto que los mayores crecimientos de los próximos años, los de doble dígito, no van a venir de estos mercados. Vendrán de los mercados emergentes como China, India, el sureste asiático, Brasil... Y de todos sus países vecinos, que se beneficiarán también de estos crecimientos. Cuando viajas a China te quedas impresionado con las infraestructuras que están en marcha. El tamaño del aeropuerto, de las carreteras, de las autopistas... En India el espíritu emprendedor de sus empresarios es increíble. De aquí vendrá el cambio. Pero Europa también será aún importante.

P. Los países emergentes son también quienes impulsan el turismo. ¿Lo han aprovechado?

R. En China hay consumidores que viajan mucho. Pero no siempre fuera. Hay mucho turismo interior y su gran mercado es el nacional. En países como Estados Unidos pasaba igual. Es porque son países muy grandes, y hay mucho que ver. Mi compañía debe adaptarse a estos nuevos viajeros. Y no solo nosotros: cada país debe hacerlo. Deben adaptar sus infraestructuras. Cuando miras el tamaño de un nuevo aeropuerto en Asia te das cuenta de que miran al futuro. Están preparados para el tránsito de millones de personas. Muchos aeropuertos europeos no.

P. El móvil ya sirve para casi todo. ¿Hará desaparecer el dinero de papel?

R. No sé. Pero el dinero digital está llegando. Estamos solo en el principio. En los dos últimos años, lo que ha ocurrido con los móviles es increíble. Han generado un nuevo modelo ya que el móvil ahora se está convirtiendo en una extensión del ordenador y no del teléfono. El 60% de mi negocio de viajes de Estados Unidos ya me llega online. Lo siguiente es que me llegue por móvil. Es el siguiente cambio de la industria.

P. ¿Están preparados?

R. No creo que sea un problema. Es cierto que la tecnología a veces va un paso por delante de las regulaciones. Pero el cambio es imparable. La gestión de los datos y la seguridad será la clave. El control y la privacidad de los datos. Para individuos, empresas y Gobiernos. Para mi compañía es una de sus grandes obsesiones. Nunca tomamos una decisión o un producto sin asegurarnos de su seguridad. No se pueden cometer fallos.

P. En los viajes de ocio la gente está eliminando al intermediario. ¿No les da miedo que en los negocios se haga igual?

R. No. No es lo mismo. Cuando lo único que busca alguien es un par de billetes a una hora adecuada y un precio bajo, puede eliminar al intermediario. Pero cuando lo que necesita es hacer negocios, no puede prescindir. Con nuestra empresa, las compañías consiguen reducir sus costes, tienen tarifas especiales, tiempo, información, cambios de última hora, soluciones inmediatas en cualquier parte del mundo... es un paquete completo. Es valor. Tanta eficiencia es imposible de alcanzar por libre. -