Tres años de cárcel para la madre que pegó a la profesora de su hijo
El Juzgado de lo Penal 1 de Granada ha condenado a tres años de cárcel a la madre de un niño de cinco años por un delito de atentado y una falta de lesiones. La mujer pegó a la profesora de su hijo porque no le dejó tomarse el bocadillo y tuvo que compartir la merienda de su prima.
La madre irrumpió en clase y ante unos 20 alumnos cogió a la profesora del pelo, la empujó y la lanzó contra la pizarra. La agresora, de iniciales E. C. F. y 23 años, tenía otra condena de un año de prisión por atentado a un agente de la Guardia Civil. El contexto y la forma en la que se llevó a cabo esta segunda agresión fueron determinantes para imponer la máxima pena posible por este delito, tal y como pedía la fiscalía.
Los hechos ocurrieron el pasado 18 de noviembre poco antes de las 14.00 en el colegio público Federico García Lorca de Fuente Vaqueros (Granada). La madre del menor entró "violentamente" en la clase de su hijo en la que había dos profesoras y preguntó quién de ellas había dejado sin merienda al menor. La que contestó de manera afirmativa, recibió la agresión y sufrió un ataque de ansiedad.
"Gravedad extrema"
En la sentencia, que será recurrida por las partes, el juez considera que la conducta de E. C. F. fue de "gravedad extrema" dentro de los supuestos hipotéticos de ataque a un docente público. Y no tanto por el resultado, que no fue tan grave, sino por la forma y el contexto. En primer lugar, porque la madre irrumpió con violencia en el aula, "imponiéndose a las propias labores de control y policía que tiene todo docente en su aula" y mostró, además, el grado de educación y civismo "más bajo que podía". Entiende el juez que si su intención era pedir explicaciones, lo hizo de un modo "absolutamente desproporcionado e inapropiado".
Respecto al contexto, la gravedad radica en que la agresión se cometió en presencia de niños de cinco años, incluido su hijo, que "empiezan a interiorizar normas de convivencia" y para los que resulta "gravemente perjudicial" en su educación observar la imposición violenta y agresiva. Según la resolución, la acusada "menoscabó el principio de autoridad de la docente agredida" y dio a los alumnos una "lección práctica" de cómo eludir el cumplimiento de las normas de conducta.
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