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LOS PROBLEMAS DEL MAYOR TRASLADO HOSPITALARIO

El servicio de pediatría critica la organización de La Fe

La OMS defiende un espacio propio para niños hospitalizados

Pablo Ferri

Los responsables de pediatría del hospital La Fe de Valencia se reunieron ayer con el gerente del centro, Melchor Hoyos, para exponerle sus críticas sobre la manera en que se piensa organizar el servicio una vez se traslade a las nuevas instalaciones del hospital en el barrio de Malilla. La principal queja atañe a la pérdida de un espacio independiente para pediatría, un pabellón dedicado exclusivamente a los pacientes infantiles como ocurría hasta ahora en el viejo hospital de Campanar. En el centro nuevo, inaugurado la semana pasada, el área de atención infantil funcionará en la segunda planta de la torre dos, junto a la unidad de trastornos alimentarios del área de psiquiatría y la de transplantes. "No se trata de un hospital infantil como nos quieren vender", censuraba ayer Isabel Zamora, jefa del servicio de Nefrología infantil. "Ahora será un pasillo larguísimo dentro de un hospital gigantesco, con menos consultas externas, menos camas y los servicios más desperdigados", añadió. El área de infantil se muda al nuevo complejo en un mes.

La dirección está abierta a negociar, pero no acometerá cambios profundos

Además de perder un espacio propio, los responsables de pediatría tampoco comparten la decisión del hospital de integrar servicios infantiles en unidades de adultos.

Por poner un ejemplo, el hospital infantil ofrecía hasta ahora un servicio de cardiología exclusivamente para niños, la unidad de hemodinámica. En el traslado, esta unidad, que entre otras cosas se encarga de la implantación de catéteres, quedará integrada en la de adultos. Esto implica que el personal de enfermería que la atienda tratará tanto a niños como a mayores, cosa que ocurrirá también con otros servicios que cerrarán franquicia en el area de pediatría para integrarse en la unidad general. Es el caso del hospital de día o la unidad de radiología. "Obviamente, no es lo mismo tratar a un niño que a un adulto", matizó la responsable de nefrología infantil, Isabel Zamora. No lo dice ella, lo dice el Parlamento Europeo en la Carta Europea de los Niños Hospitalizados aprobada en mayo de 1986 bajo la recomendación de la OMS: El niño tiene derecho "a ser hospitalizado junto a otros niños, evitando todo lo posible su hospitalización entre adultos".

Zamora y sus colegas del hospital infantil (los jefes de las secciones de oncología, urgencias, endocrinología, cardiología o neonatología, entre otros) mantuvieron ayer una reunión con el gerente del centro, Melchor Hoyos. Le trasladaron sus quejas y se comprometieron a ponerlas por escrito para volver a reunirse en 10 días. La dirección pretende encauzar las críticas dentro de lo posible, esto es, practicar los cambios que los profesionales estimen necesarios sin tocar la arquitectura del complejo o la estructura organizativa básica. Es decir, que están abiertos a negociar la configuración del área de pediatría, pero bajo ningún concepto la Consejería de Sanidad, que dirige Manuel Cervera, se planteará la construcción de un edificio independiente o cambios organizativos profundos. Hoyos argumentó tras la reunión que sí, que "el área de Infantil es la más afectada por el cambio de modelo", pero que piensa que las dudas obedecen a cierto "miedo" o "incertidumbre". "Yo creo", reflexionó, "que muchos de los casos que parecen incoherentes no lo van a ser finalmente. Es verdad que ahora el pabellón infantil es una caja de cerillas y está todo muy cerca. Y vale que en Malilla estará todo un poco más lejos, pero...".

Los trabajadores de pediatría han insistido en la pérdida del espacio propio. "Hasta ahora un niño entraba en el pabellón y no tenía que ver adultos. Se encontraba un entorno amable y familiar y todo estaba cerca", critica Zamora. "Ahora no", añade, "ahora muchos servicios [como el de hemodinámica pediátrica comentado antes] están integrados en unidades de adultos y están más lejos de nuestra zona o de cuidados intensivos". "El servicio, obviamente, se va a resentir", asume. Otro ejemplo: cuando la doctora Zamora se traslade al nuevo hospital, la unidad de hemodiálisis pediátrica formará parte de la de adultos, por lo que tendrá que andar 850 metros entre pediatría y la torre seis del complejo.

Además de las distancias, la falta de auxiliares de enfermería especializados en infantil y la pérdida de un espacio propio con todos los servicios a tiro de piedra, pediatría critica que tienen menos camas y consultas externas. "Y el control de enfermería estará al final del pasillo", recuerda Zamora. En el pabellón infantil, las habitaciones lo rodeaban.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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