Mourinho da marcha atrás
El técnico del Madrid sacrifica a Benzema por Lass, primera consecuencia del 5-0 en el clásico
José Mourinho ha acabado dando marcha atrás. Se ha tapado, más proclive a buscar la seguridad atrás y la presión en el centro del campo que a atacar de forma descarada. Y todo para evitar sufrir, como él mismo dijo. El sábado, contra el Valencia, el entrenador del Madrid dio marcha atrás. Lesionado Higuaín, decidió jugar sin un nueve (tenía a Benzema y Morata en el banquillo) y recurrió a lo mismo que sus predecesores Capello, Schuster, Juande y Pellegrini: músculo en la medular. Por primera vez, Mourinho apostó por el trivote: Lass escoltó a Khedira y Xabi.
Es la primera consecuencia del 5-0 que el Barcelona endosó al Madrid hace una semana. Y eso que, según Mourinho, la derrota había sido muy fácil de digerir. Otra cosa es lo que quedó reflejado el sábado, primero en el campo y luego en la sala de prensa. Ante los medios, el técnico dijo que al equipo le faltaba confianza y autoestima y que no habría podido remontar un marcador adverso. De ahí, que decidiera cambiar el equipo, prescindir de un delantero centro y colocar a Lass en el once. El francés solo había jugado cuatro partidos como titular (Auxerre, Ajax, Mallorca y Espanyol). Mourinho le castigó dejándole fuera de dos convocatorias por una sospechosa lesión inguinal que adujo justo antes de viajar a Murcia para el partido de Copa. "Los que no están para jugar el miércoles tampoco lo estarán para el sábado", explicó el técnico.
El medio solo había jugado cuatro partidos como titular, dos de ellos en la 'Champions'
Lass ha vuelto. Y le ha quitado el sitio a Benzema. Mourinho asegura que es una solución de emergencia, no un planteamiento para el futuro. "Lo importante hoy [por el sábado] era ganar. Preferí empezar el partido con más presión y orden atrás que atacando. No era un partido para golear, sino para ganar e irse a casa con otra cara", argumentó. El Madrid ganó por 2-0. Tiró de Cristiano; salvo él y Di María, nadie hizo vibrar al público de Chamartín.
"Teníamos una deuda de confianza y credibilidad con los aficionados", dijo Mourinho después del partido buscando cobijo en el madridismo para justificar la presencia del trivote. Dio a entender que era necesario para no perder terreno con el Barça. Si hubiese hecho lo que le pedía el cuerpo, el portugués también habría alineado a Lass en el Camp Nou la semana pasada. No se atrevió hasta la segunda parte, cuando sentó a Özil por el francés.
Sí se atrevió contra el Valencia. "Nunca cambiaré mi forma de pensar... Sé que, de haber perdido, me habrían acusado de jugar sin un nueve, pero soy así", dijo el sábado en la sala de prensa del Bernabéu. Pues resulta que sí ha cambiado sus pensamientos tras la derrota ante el Barça. Lo ha hecho con una victoria, sí; apelando al bien del equipo y pidiendo el amparo del madridismo. De momento, se le ha concedido. Pellegrini no tuvo tanta suerte. En Lyon, para los octavos de la Champions, también sorprendió a todos colocando a Diarra (no era titular desde hacía dos meses) al lado de Xabi. El chileno entendió que le daba más garantías en el juego aéreo. Perdió la ida por 1-0 y fue sepultado por las críticas. Tanto que dos días después quiso dar su versión a través de la web del club: "No he desarmado al equipo. Siempre juega igual [en referencia al doble pivote], con un estilo que le ha permitido ser el que más puntos ha conseguido, el que más goles ha marcado y el que menos ha encajado en los últimos 15 años".
Capello y Schuster ganaron la Liga con un doble pivote (Emerson-Diarra y Diarra-Gago), pero acabaron despedidos por falta de espectáculo. A Mourinho le explicaron el primer día que Chamartín no es San Siro, que aquí se le pediría otro fútbol. "La única diferencia es que en el Bernabéu hay 10.000 asientos más", se defendió el portugués. El sábado acabó con Xabi y los dos Diarra en el campo. No quería sufrir.
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