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Robo y mercado negro en el campo

Los agricultores denuncian un aumento de los hurtos en torno al 20%

En el campo andaluz hay ladrones. El botín es suculento: maquinaria agrícola, hilo de cobre, chatarra y las propias cosechas de los agricultores o los animales de los ganaderos. Las asociaciones agrarias como Asaja llevan años denunciando la inseguridad que padecen y reclamando al Gobierno más medidas de protección. En las últimas semanas, una serie de robos y redadas policiales ha vuelto a reavivar un debate que ya es recurrente.

Uno de los últimos episodios se vivió hace una semana en Rute (Córdoba). En una finca cercana al municipio, un cabrero la emprendió a tiros cuando se percató de que unos intrusos se habían colado en su explotación. Como resultado de los disparos, murió una persona de nacionalidad marroquí. Una semana antes, en el pueblo cordobés de La Carlota, un guarda de seguridad fue atacado y agredido por un grupo de personas que presuntamente se habían colado para robar maquinaria.

Un transformador industrial se vende hasta por 400 euros pese a costar 7.000

Agentes de la Guardia Civil consultados reconocen que el incremento de robos existe, y señalan que, en algunos puntos de Andalucía, como en la campiña de Córdoba, se ha sufrido un aumento en los robos de fincas y cortijos de en torno al 20%. Felipe Galloso, encargado de la materia en Asaja, cree que los robos, "desde Huelva hasta Almería, han aumentado en un porcentaje mucho mayor", pero no se atreve a dar una estimación. Asaja cree que apenas se denuncian los robos y calcula que, por ejemplo en Sevilla, no llegan al 10% los agricultores y ganaderos que acuden a comisaría. Lo más preocupante para esta organización no es solo su convicción de que los robos van a seguir incrementándose con la prolongación de la crisis, sino que éstos se producen cada vez de manera más violenta.

Además de empresarios sin escrúpulos que compran las cosechas a precio irrisorio sin preguntar su procedencia, el mercado negro se expande por chatarrerías donde se intercambian o se venden maquinaria o hilo de cobre, señala la Guardia Civil. Felipe Galloso señala que, por ejemplo, en el mercado negro un transformador industrial puede venderse por apenas 400 euros, mientras que al agricultor le cuesta entre 6.000 y 8.000.

Muchas de estas personas que roban son de nacionalidad extranjera, especialmente de Europa del Este. Pero fuentes de la Guardia Civil consultadas afirman que se ven cada vez más españoles realizando esta actividad ilegal. "Especialmente son personas de barriadas y poblaciones económicamente deprimidas", explica un agente.

Mientras, en Balanegra (Almería) los ladrones robaron a un agricultor pimientos valorados en 24.000 euros la semana pasada. Además, dejaron destrozados en la plantación otros 4.000 kilos de pimientos. Los investigadores sospechan que debió acudir una banda de al menos 10 miembros o que esta estuvo toda la noche para perpetrar el robo.

Las bandas suelen actuar de manera rápida, generalmente de noche, dando golpes precisos, forzando puertas, ventanas o realizando butrones, explican agentes de la Guardia Civil. De hecho, fuentes cercanas a la investigación del caso de Pedrera afirman que muchos de los agricultores a los que se les hurtó olivas apenas se percataron, porque las cantidades eran imperceptibles. Otra cosa es el robo de cabezas de ganado o maquinaria: vareadoras, sopladoras, herramientas, elementos de regadío, combustible o transformadores. Entonces, las pérdidas para el agricultor se multiplican.

Un plan ante la "alarma ciudadana"

La Guardia Civil ha puesto en marcha una serie de "planes específicos contra los robos en el campo", según anunció el martes el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. El responsable de Interior confía en que la posible "alarma" entre los ciudadanos de las zonas rurales se "disipe".

Rubalcaba recordó que, durante los últimos seis años, la plantilla de la Guardia Civil ha ido aumentando "progresivamente", por lo que ha pasado de contar con 69.000 a 84.000 efectivos. Asimismo, dijo, se han creado 211 nuevos puestos principales que "permiten estar 24 horas sobre 24 trabajando en zonas rurales" y ha detallado que el plan estratégico considera específicamente hurtos y robos que, a veces, incluyen violencia. Además, hay planes específicos en la época de recolección de la aceituna y contra el robo de cobre.

El problema principal es, desde luego, el de los hurtos. Pero en el campo se roba porque existe un jugoso mercado ilegal detrás de gente que se lucra comprando a bajo precio el material sustraído para revenderlo. Hace dos semanas, la Guardia Civil de Sevilla intervino 70.000 kilos de aceitunas robadas en una almazara de Pedrera. Tres personas relacionadas con este negocio fueron detenidas. En los dos últimos años, un centenar de personas ha sido imputada por delitos relacionados con el robo en el campo. Los guardias civiles consultados señalan que los cacos suelen trasladarse de provincia para colocar su mercancía. En el caso de Pedrera, parte de las olivas incautadas procedían de robos en fincas de la campiña cordobesa.

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