"El paisaje de Madrid suena a la palabra "frenesí"

Así, a primera vista, durante una conversación de una hora, la artista Fátima Miranda resulta una mezcla de Norma Desmond en Sunset Boulevard de Billy Wilder y Bette Davis en Hush... Hush, sweet Charlotte (Canción de cuna para un cadáver), de Robert Aldrich. Sin embargo, esta salmantina afincada en la calle de Mesón de Paredes de Madrid, que diseña su propia ropa y perfila sus ojos con línea gruesa, ha devenido en una vocalista, o quizá sería más correcto decir artista sonora, y presenta mañana y pasado en La Casa Encendida su último trabajo: MADrid MADrás MADrid!

Se trata de un homenaje sonoro a la ciudad que la ha visto crecer, desde sus tiempos como historiadora del arte en la Complutense, hasta su etapa como directora de la Fonoteca de esa misma universidad, pasando por sus primeros trabajos con el Taller de Música Mundana junto a Llorenç Barber y todos sus posteriores viajes de ida y vuelta que la llevaron a París, Berlín, India o China, siempre investigando acerca de las posibilidades de la voz y los sonidos de Oriente y Occidente, los mismos que emite a la primera de cambio con la misma pasión con la que pinta sus labios de rojo.

"Lo que yo hago va a tener siempre el enfoque que pasa por mis entrañas"

Porque Miranda creció con las vanguardias, con el dadaísmo, con el surrealismo, con el minimalismo y ella viene siendo así, espontánea pero estudiosa, impactante pero meticulosa y con cierta diarrea verbal, suficiente como para pasar del género de la entrevista al del monólogo sin solución de continuidad. Dice haberse entrenado mucho en la escucha ("en escuchar") en los últimos años, pero tras una hora de conversación una tiene la sensación de que se le ha olvidado añadir un "de mí misma".

No obstante y, como lo cortés no quita lo valiente, tras una extensa explicación de su propuesta performática, con idas y venidas al presente, al pasado y al futuro, el espectáculo parece interesante: "Es una antología de obras mías pero que esta vez incluye un vídeo grabado en Lavapiés sobre el que yo entretejo mi voz. Esta pieza que es la nueva, es el corazón de esta presentación poética, y es la que da nombre al espectáculo en su conjunto. Consiste en un concierto-performance para una sola voz, con un abanico dramático que va de lo contemplativo e íntimo a lo irónico y divertido, creando una variedad de atmósferas y de emociones capaces de conmover hasta lo más profundo", arranca.

-¿Lavapiés? ¿No está un poco manido?

-Sí, pero siempre lo que yo hago va a tener el enfoque que pasa por mis entrañas. Siempre va a ser diferente de cualquier otra porque yo no puedo evitarlo, no lo digo por arrogancia. El Madrid inmigrante, pero el hecho de que yo saque Lavapiés no tiene nada ni de localista ni casticista. Es una propuesta que invita a la reflexión sobre la inmigración, una manera de cantar Lavapiés con Lavapiés, sobre Lavapiés. En realidad la idea de hacer esto viene del concepto de soundscape (paisaje sonoro).

-¿Y a qué suena Madrid?

-Madrid suena a la palabra "frenesí".

Fátima Miranda tiene ya a la vista un nuevo proyecto cuyo "estreno mundial" será en Portugal el 29 de enero y que llegará hasta el Festival VEO (Valencia Escena Oberta). En esa próxima ocasión las imágenes las pondrá Chema Madoz. Si alguien no la vio en el Templo de Debod aquella lluviosa Noche en Blanco de 2007 o no puede ir a Portugal ni a Valencia, mañana tiene la oportunidad de descubrir las teselas de su voz.

MADrid, MADrás, MADrid! 2 y 3 de diciembre. La Casa Encendida. Ronda de Valencia, 2. Entrada: 3 euros.