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Un hombre de 79 años mata a su esposa y luego intenta suicidarse

El homicida llamó por teléfono a su hija para avisarle del crimen

Juan Diego Quesada

Casimiro, un jubilado de 79 años, llamó por teléfono a su hija. "He matado a tu madre", le dijo. Acababa de apuñalar a Rosalía, su mujer, con la que llevaba viviendo más de 50 años, y estaba a punto de suicidarse. El hombre no lo consiguió y anoche permanecía ingresado con pronóstico reservado en el hospital Gregorio Marañón.

La hija del matrimonio avisó al 112 a las siete menos cuarto de la tarde. De su testimonio se deduce que Casimiro venía padeciendo una depresión desde hacía tiempo, pero hasta ayer no se sabía que el anciano fuese violento con su esposa. La policía no ha encontrado ninguna denuncia por malos tratos. La pareja tenía dos hijos.

Rosalía, de 78 años, padecía sobrepeso y problemas de circulación en las piernas. Se había sometido a una operación quirúrgica hace poco. En los últimos tiempos no salía mucho de la casa donde llevaban viviendo desde los años sesenta, en el número 14 de la calle de Nuestra Señora de Begoña, en Villaverde Alto. Casimiro era el que se encargaba de hacer los recados. Solía frecuentar algunos bares de la zona, donde leía el periódico y charlaba con los vecinos.

La policía no tiene ninguna denuncia contra Casimiro por malos tratos

El anciano supuestamente mató a su mujer a media tarde de una puñalada, según informó la Jefatura Superior de Policía. A continuación, intentó quitarse la vida haciéndose un tajo en el abdomen con el mismo cuchillo con el que había perpetrado el crimen, pero cuando los sanitarios del Summa llegaron a su domicilio aún lo encontraron con vida. Lo trasladaron de urgencia al hospital para intentar salvarle la vida. Rosalía, sin embargo, yacía a esas horas muerta en la vivienda.

A Casimiro lo tenían por un hombre de su casa. "Bajaba todas las mañanas, se tomaba un café aquí en el bar de la esquina, compraba pan, comida y se subía. Como la señora no salía de casa no los veíamos juntos, pero últimamente se le veía como triste, deprimido", comentaba en la puerta de la vivienda Francisco, un vecino que se había acercado para darle el pésame a la familia. Hijos y sobrinos de la víctima y el homicida se arremolinaban en la puerta mientras la policía investigaba en el interior de la casa.

"Yo pensé hasta que estaba viudo, siempre lo veía solo, pero vamos, que nadie pensaba que era un hombre violento", añadía otro vecino que prefería no dar su nombre. Hacía meses que la gente del barrio no habían visto por la calle a Rosalía.

El levantamiento del cadáver se produjo sobre las 23.30 en medio de mucha expectación en el barrio. Una veintena de familiares y un gran número de curiosos observaron cómo el furgón funerario se llevaba el cuerpo al Instituto Anatómico Forense. Un vecino sacó una foto con su móvil al cadáver y la policía le hizo que la borrase. "Solo era por hacer una tontería", se excusó mientras enviaba el archivo a la papelera de su teléfono. Rosalía es la sexta víctima mortal de la violencia de género en la Comunidad en lo que va de año y la 65ª en España.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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