Muere Fernández del Riego, testigo de un siglo de galleguismo
El intelectual y ex presidente de la Academia fallece en Vigo a los 97 años
En los últimos tiempos, Francisco Fernández del Riego lamentaba, sobre todo, que ya no era capaz de leer. En enero había dejado la dirección de la Fundación Penzol, en Vigo, e incluso abandonado sus habituales colaboraciones en la prensa. Ayer, a los 97 años, el ex presidente de la Real Academia Galega y testigo de un siglo de galleguismo, murió a media tarde en su domicilio vigués. "Galicia perdió uno de sus hijos más ilustres, pero mantiene intacto todo su legado", expresó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al poco de conocer la noticia. La presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, mostró su "eterna gratitud" al trabajo del fallecido.
"Se fue uno de los últimos vínculos con el Grupo Nós", añadió el jefe del Ejecutivo, que se encontraba en el Club Financiero de Vigo, "y un hombre que vivió en primera persona casi todos los hechos sustantivos de la reciente historia cultural de Galicia". Feijóo repasó los hitos de la vida del intelectual y mencionó la Editorial Galaxia, de la que fue uno de los fundadores, la revista Grial, que dirigió junto a Ramón Piñeiro, o la Fundación Penzol, donde trabajó hasta el pasado enero.
Fue el más activo en la prensa de los intelectuales de su generación
"A mi juicio, Del Riego es la piedra angular del nacionalismo cultural y político del siglo XX, no se me ocurre otro", señaló Xosé Luís Méndez Ferrín, actual cabeza de la Academia. Como "activista tenaz del galleguismo" y "escritor de pensamiento agudo en un gallego excelente" lo definió Ferrín, quien también recordó su relación personal con el fallecido: "Fue un hombre bueno y fue mi amigo".
Al frente de institución de la Rúa Tabernas de A Coruña, que presidió entre 1997 y 2001, Del Riego inició la reactivación de la misma. "La Academia pasaba una época de cierta apatía", recuerda Méndez Ferrín, "y él acabó con esa dinámica". "Como presidente de la Academia, me gustaría ser continuador de Del Riego", remachó.Fernández del Riego había nacido en Vilanova de Lourenzá, en A Mariña lucense, en enero de 1913. Durante los años de la II República, mientras estudiaba derecho en Santiago, militó en la Mocidades Galeguistas y en la Federación Universitaria Escolar (FUE). Trabajó con el Seminario de Estudos Galegos. Aunque aquellas organizaciones estaban ligadas al entonces recién fundado Partido Galeguista, sus afiliados mantenían posturas más avanzadas: a la izquierda de los mayores y con formulaciones nacionalistas menos tímidas, Del Riego mantendría durante toda su vida la posición más progresista entre el culturalismo galleguista.
Porque en ese ámbito fue donde, después de la Guerra Civil, se refugiaron los defensores de la causa del nacionalismo que no partieron al exilio. Y cuando la ruptura entre interior y exterior parecía insalvable, fue Francisco Fernández del Riego el primero en tender de nuevo los puentes. En 1946 comienza su relación epistolar con el pintor Luís Seoane, exiliado en Buenos Aires e izquierdista contrario a muchos de los planteamientos defendidos, a partir de los años 50, por el grupo Galaxia. Fue también eslabón entre los históricos y los nacionalistas y resistentes antifranquistas más jóvenes, definitivamente alejados de veleidades pactistas y alojados, la mayoría, en organizaciones marxistas.
"Es, sin duda, el hombre más respetado del denominado galleguismo histórico", explicó, desde la sede de la Real Academia su secretario, Xosé Luís Axeitos. Axeitos, experto en correspondencias y en el éxodo intelectual posterior al golpe franquista, recuerda la faceta periodística de Del Riego. "Fue, además, el galleguista que más trabajó en los periódicos de toda su generación". Activo hasta casi sus últimos días como columnista en La Voz de Galicia, la firma del también crítico literario puede rastrearse, a cara descubierta o cun su célebre seudónimo, Salvador Lorenzana, "en casi todas las revistas societarias de la emigración en Latinoamericana". Fernández del Riego ejercía, asimismo, la corresponsalía de Galicia Emigrante, la publicación dirigida por Seoane. Estudió a fondo la literatura gallega -su Escolma de poesía galega reivindicó la obra de los exiliados y abrió paso a los nuevos-, publicó en 1991 un volumen de memorias, O río do tempo, y en 2004, otro, Camiño andado.
Ayer al mediodía aún comió con normalidad y apetito. Al acabar, se encontró mal y se acostó en la cama. Antes de las seis de la tarde, Francisco Fernaández del Riego murió.
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