Eusko Alkartasuna sanciona el fracaso del tripartito nacionalista alavés
Los diputados de EA saldrán del Gabinete tras enmendar hoy la política fiscal
Cuando Eusko Alkartasuna (EA) presente esta mañana sus enmiendas al proyecto de norma de medidas tributarias de la Diputación alavesa estará impugnando algo tan básico como la política fiscal de un Gobierno del que hasta el momento forma parte. Habrá traspasado con ello la línea roja que marcó el diputado general, Xabier Agirre: ni enmienda de totalidad, ni parciales, tanto al proyecto de presupuestos forales de 2011 como al de medidas tributarias. En caso contrario, Agirre dejó claro que el destino de los dos diputados forales de EA es salir de su Gobierno.
La marcha de EA, que puede quedar vista para sentencia hoy mismo, va a acarrear otra consecuencia, que no recae solo sobre este partido. Con ella estará consumándose también el completo fracaso de una apuesta política: la del PNV alavés en 2007 por un Ejecutivo de concentración nacionalista, en línea con la acumulación soberanista defendida por el anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el sector del partido que encabeza Joseba Egibar.
Su presidente, Iñaki Gerenabarrena, y el propio Agirre optaron por esa fórmula justo en el territorio donde no es el nacionalismo la opción que mejor representa a la "mayoría social" a la que apelan continuamente los dirigentes peneuvistas en otros ámbitos. El PNV es la tercera fuerza del territorio y, ni siquiera sumando a sus otros dos socios de entonces, EA y Aralar, alcanzó un tercio de la representación en las Juntas Generales.
Agirre se ha ido salvando en realidad gracias al apoyo del PSE, a quien el PNV ha respaldado a cambio en el Ayuntamiento de Vitoria. Esa ha sido de verdad la alianza que ha dado estabilidad a Álava, por lo que, a efectos prácticos, la desconatada salida de EA resulta irrelevante, como lo fue el año pasado por estas mismas fechas la de Aralar por un conflicto similar. En cambio, sí tiene un hondo significado futuro: una alianza de ese tipo quedará descartada para el Gobierno que salga de las elecciones de 2011.
El preció de las enmiendas que regista hoy EA será el cese de sus dos diputados. Todos los medios forales consultados dan por seguro que los firmará hoy mismo, aunque el gabinete del diputado general no respondió a los intentos de EL PAÍS por confirmar ese extremo. La ruptura coincide con el pleno de Santa Catalina de mañana, que en esta ocasión es de balance de todo el mandato. Parece lógico que Agirre quiera comparecer con el equipo recompuesto.
En el caso de Mikel Mintegi, actual titular foral de Medio Ambiente, es probable que Agricultura absorba sus funciones. Los dos diputados de EA desconocían el posible discurrir hoy de los hechos. Lorena López de Lacalle, diputada de Cultura, no sabía siquiera, por ejemplo, si dará o no como tal una rueda de prensa prevista a media mañana, confesó a algunos allegados. En declaraciones a este periódico se limitó a mostrarse "satisfecha del trabajo hecho". "El deber está cumplido de sobra y hemos marcado un perfil propio y diferenciado del PNV", defendió. Respaldará la posición del partido. "Estamos en un momento crucial político y económico y de ambas cosas hay que hablar a fondo", defendió, al tiempo que se negó a contemplar el desenlace como un fracaso de la colaboración nacionalista: "Las cosas son hoy distintas a mayo de 2007 y las de mayo de 2011 serán distintas a las de hoy".
'Comisión De Miguel'
Al separarse del PNV, EA se desmarca también del caso De Miguel, por el que la formación ya estuvo tentada de abandonar el Gobierno foral. No lo hizo, afirma ahora, para no dejar a Xabier Agirre ante el riesgo de una moción de censura de populares y socialistas, que ya no se podrá presentar por la cercanía de las elecciones. El desmarque de EA va a coincidir con la primera reunión hoy de la comisión parlamentaria de investigación sobre los casos de supuesta corrupción y espionaje por los que están imputados 15 miembros del PNV y que presidirá el único parlamentario de EA, Juan José Agirrezabala.
La comisión debe fijar hoy las normas bajo las que funcionará. El propio Agirrezabala ejercerá como portavoz del grupo de trabajo, según pudo saber EL PAÍS. Las reuniones de la comisión son secretas, según establece el Reglamento de la Cámara. Agirrezabala ha testado ya en privado la voluntad y peticiones de todos los grupos, para simplificar el trabajo.
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