Cardenal Urbano Navarrete, jurista al servicio del Papa
Con la muerte del cardenal jesuita español Urbano Navarrete desaparece uno de los más insignes juristas al servicio del Papa y uno de los testigos del drama religioso que vivió España el siglo pasado. Nacido el 25 de mayo de 1920 en Camarena de la Sierra (Teruel), era hijo de agricultores de buena posición expulsados de su tierra hacia Zaragoza, huyendo de los peligros de una guerra fratricida que el general Franco había provocado con un golpe militar apoyado por las jerarquías del catolicismo. Para entonces, el joven Urbano ya había decidido hacerse jesuita y tuvo que hacerlo, el 20 de junio de 1937, en Italia, adonde fue a parar una parte de los miembros de la Compañía de Jesús tras su expulsión de España.
De vuelta, y terminados los dos años de noviciado, el currículo del cardenal fue el habitual en la fundación de Ignacio de Loyola, muy exigente con sus miembros: cuatro años de estudios de Humanidades en el monasterio de Veruela (Zaragoza); tres cursos de Filosofía en la Facultad de Sarriá (Barcelona), y ocho años de Teología, primero en la Facultad de Oña (Burgos) y después en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde se doctoró en Derecho Canónico. Acabaría siendo durante 15 años decano de la facultad, y un sexenio más rector de la Universidad Pontificia, el gran centro docente superior de la cristiandad.
Este largo periodo de formación fue la base para su futura misión en la Gregoriana, donde ganó fama por la comprensión del Derecho Romano y su influencia en el Derecho Canónico y en la cultura jurídica occidental. Navarrete ya no volvería a trabajar en España. En 1958 se incorporó al claustro de profesores de Derecho Canónico de la Pontificia Gregoriana, el mismo mes (octubre) de la muerte de Pío XII. Poco más tarde accedió (el 4 de noviembre) al pontificado romano de Juan XXIII y empezó una revolución eclesiástica que Navarrete iba a vivir en primera línea: la convocatoria de un sínodo diocesano, el Concilio Ecuménico Vaticano II y la inmediata revisión del Código de Derecho Canónico. "Todo eso abrió una etapa apasionante para mí, joven profesor de Derecho Matrimonial", declaró hace un par de años, cuando Benedicto XVI lo hizo cardenal con 88 años.
Además de su tarea académica, su bibliografía comprende unos 150 títulos. También fue miembro de la comisión pontificia para la redacción de la Instrucción Dignitas Connubii, sobre los procesos matrimoniales, y consultor de otros organismos de la Santa Sede.
El Papa envió ayer un telegrama de pésame al prepósito general de la Compañía de Jesús, el español Adolfo Nicolás Pachón, recordando "el largo y competente servicio prestado por el insigne jurista a la Pontificia Universidad Gregoriana, así como a la Santa Sede". La misa funeral será celebrada hoy por el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, junto con los cardenales, en el altar de la cátedra de la basílica de San Pedro. Al final de la celebración eucarística, Benedicto XVI dirigirá unas palabras a los presentes y presidirá el rito de la Ultima Commendatio y de la Valedictio.
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