"A la Gran Vía le falta mucho para ser Broadway"
Lo de rey del musical no es, en este caso, una hipérbole. Cameron Mackintosh lo es. Anoche estrenó en el teatro Lope de Vega Los miserables, en el centenario de la Gran Vía y en el 25º cumpleaños de este musical tan global como el Big Mac o cualquiera de sus otras producciones, como Cats, Oliver, El fantasma de la ópera o Miss Saigón. Mackintosh aterrizó ayer en Madrid y se fue directo al Mercado de San Miguel donde, en su opinión, sirven "el mejor jamón serrano, marisco y Rioja de Madrid". Horas más tarde asistió al estreno de su nueva franquicia con actores españoles, nuevo vestuario y nueva escenografía.
"En estos momentos diría que hay unas 30 funciones mías que se están representando en diferentes partes del mundo", comenta sentado en un sillón de un hotel. Y es que este inglés, que desde pequeño soñó con producir musicales, pasará a la historia como responsable de exportar, vender y empaquetar el Musical, con mayúsculas, más allá del West End y de Broadway: "A la Gran Vía le queda todavía mucho para llegar a ese nivel", asegura. "Faltan teatros con escenarios lo suficientemente grandes para albergar este tipo de espectáculos".
"Ahora hay unas 30 funciones mías representándose por todo el mundo"
Los miserables hará trabajar a unas 120 personas cada noche hasta el próximo julio para representar las aventuras de Jean Valjean antes, durante y después de la Revolución Francesa. "No me interesan las ideas, me interesan las historias", contesta al ser preguntado por el ingrediente esencial de sus producciones. ¿Y cuál fue la principal dificultad para adaptar su franquicia a España? "Todos tenían barba, así que tuvimos que afeitar a unos cuantos".
"Por mucho que diga la gente, Los miserables no es pop. Hemos tenido que esperar 25 años para tener un hit", dice, en referencia al I dreamed a dream que Susan Boyle cantó en un programa de televisión de Reino Unido. Algo que dio a la escocesa la fama mundial y a este musical, de rebote, su primer hit planetario. "Fue uno de los dos golpes de suerte que he tenido en los últimos años". El segundo, cuenta, es el anuncio el martes del enlace en 2011 de Guillermo de Inglaterra con Kate Middelton. Resulta que la próxima obra de este visionario del espectáculo es la adaptación de la película de 1984 A private function. Una agridulce comedia que narra la historia de una pareja que en 1947, en plena recesión económica y a pesar de sus hambrientos vecinos, evita que un cerdito sea el plato principal de un banquete en honor al enlace de la princesa Isabel de Inglaterra con Felipe. La obra se llamará Betty Blue Eyes. "Estoy muy contento", dice.
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