La Comunidad y el Ayuntamiento vuelven a enfrentarse por la gestión de Metro

Las tensas relaciones que mantienen la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid están lejos de relajarse, al menos en lo que al ámbito de Metro se refiere. El último capítulo del enfrentamiento se vivió ayer en el Consejo de Administración de la compañía. Según varios de los presentes, el presidente y concejal de Hacienda de la capital, Juan Bravo, propuso someter a votación que iniciativas de calado -como la demanda que Metro ha interpuesto contra sus trabajadores para que se declare "ilegal" la huelga de junio- se decidan en el consejo, en lugar de que competan exclusivamente al consejero delegado y al gerente de la compañía como se pactó en 2009. Los representantes de la Comunidad votaron en contra de perder su poder de decisión y tumbaron la propuesta.

La iniciativa de Bravo viene motivada por los últimos encontronazos entre ambas Administraciones, en los que el Ayuntamiento ha reclamado ser partícipe de las decisiones importantes que afecten a la imagen de la empresa. Primero se anunció la demanda contra los trabajadores por no cumplir los servicios mínimos durante la huelga de verano y de la que Bravo, dijo, se enteró por la prensa. Poco después se enfrentaron por la decoración de los nuevos trenes en los que la bandera de la Comunidad se imponía en detrimento del logotipo de Metro y que tampoco se consensuó con el Ayuntamiento. El consejero delegado de la compañía, José Ignacio Echeverría, tildó el asunto de "chorrada", aunque los representantes de la capital vieron un nuevo gesto de exclusión.

La propuesta del presidente, que contó con el apoyo de CC OO, UGT y el representante del Estado, pretendía que las próximas demandas de la compañía en las que hubiese una petición de indemnización de por medio (a partir de 250.000 euros) se discutiesen y aprobasen en el consejo donde están representados, además de ambas Administraciones, el Consorcio Regional de Transportes, los sindicatos, los consumidores y el Estado.

Un portavoz del consorcio aclaró que Bravo presentó la iniciativa sin haberla pactado y que ante la negativa a retirarla "con la finalidad de mantener la armonía" los representantes de la Comunidad la rechazaron.