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ELECCIONES CATALANAS | Faltan 12 días

Campaña a coste cero

Los candidatos se olvidan de las promesas onerosas en busca de la credibilidad

Miquel Noguer

Ni audífonos gratuitos ni promesas de hacer llegar las autovías libres de peaje a todas las comarcas. La tómbola electoral no ha llegado a Cataluña en lo que llevamos de campaña. Ni está ni se la espera. Todos los partidos están evitando lanzar promesas con propuestas caras en un momento en que los ciudadanos saben que la Administración no está para alegrías económicas. Es más, los estrategas electorales, creen que, en un momento de tanto descrédito de la política, muchos votantes potenciales considerarían una burla que ahora se prometieran grandes infraestructuras y nuevos servicios cuando se acaban de recortar sueldos a los funcionarios, se han congelado las pensiones y se han paralizado multitud de obras. Consideran que es más creíble decir que lo que toca ahora es contención y conservar lo que se tiene.

Convergència i Unió es la que más ha utilizado este discurso, pero el Partit dels Socialistes no se queda atrás. En nada se parece esta campaña a la de 2006, cuando Cataluña y España vivían cómodamente instaladas en el boom inmobiliario.

"Habrá gente que vendrá y os prometerá dinero por eso y por aquello, pero el dinero no está", advertía anoche Artur Mas en Tortosa. Efectivamente, el líder de CiU ha guardado en un cajón propuestas de 2006 como los 1.200 millones de euros para los llamados cheques sociales, con los que se debía pagar guarderías y servicios sociales. Nada se sabe tampoco del "plan de choque" de infraestructuras que CiU prometía en 2006. Los de Artur Mas, eso sí, siguen apostando en su programa por medidas como cuadriplicar las vías de tren de cercanías que acceden a Barcelona.

Los recortes que Mas ha impuesto en el programa le vienen como anillo al dedo para decir que Cataluña necesita un nuevo "pacto fiscal", similar al del País Vasco.El concierto económico es el clavo ardiente al que también se agarra Esquerra Republicana para defender el conjunto de su programa. Joan Puigcercós reitera en todos sus mítines que Cataluña paga en impuestos más de lo que recibe y cifra este "déficit fiscal" en 22.000 millones de euros. "Solo servimos para pagar y trabajar", dice olvidándose ya del acuerdo de financiación autonómica que Esquerra Republicana bendijo el año pasado como miembro del Gobierno catalán. El único gasto importante que proponen los republicanos es mantener el ritmo previsto en el desarrollo de la ley de dependencia y que el Gobierno central ha lentificado por la crisis económica. Los republicanos no concretan cómo debe sufragarse.

Los socialistas sí han hallado una fórmula para dar cobertura a algunas -pocas- promesas que requieren importantes inversiones. José Montilla ha propuesto la creación de hasta cuatro fondos público-privados en los que las empresas aporten dinero junto a las Administraciones para continuar con la ley de rehabilitación de barrios degradados o mejorar los planes de innovación y desarrollo. También proponen un plan público-privado para combatir la pobreza.

Los socialistas han dejado de repetir en todos sus mítines promesas de nuevas coberturas sanitarias. De hecho, las voces que ven irremediable el copago de la sanidad son cada vez más numerosas en el seno del PSC.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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