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ESTA SEMANA
Columna
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Ayudas

Àngels Piñol

Los agentes sociales tendrán oportunidad de realizar sus propuestas sobre el proyecto de Presupuestos de 2011 esta semana en el Parlamento. Desfilarán por la Cámara los sindicatos, la patronal, las organizaciones de economía social, las agrarias y los consumidores, en una fase del debate que podría considerarse de simple cortesía. La difícil coyuntura requiere el mayor conocimiento posible del proyecto y hace que estas consultas sean más relevantes que nunca. Otra cosa es que se tengan en cuenta sus planteamientos.

A tenor de las primeras reacciones de las centrales sindicales mayoritarias, UGT y CC OO, no ha habido un rechazo frontal, pero sí una crítica común y generalizada por el recorte en las inversiones. Además, ya comienza a aflorar la preocupación de los sindicatos por un aspecto circunstancial como es el fin de las ayudas europeas. De hecho, el ugetista Manuel Pastrana reclama que a partir de 2014 Andalucía siga recibiendo ayudas de la UE para solventar déficits estructurales. Por su parte, Francisco Carbonero, de CC OO, propone un cambio de mentalidad del empresariado andaluz para que dependan menos de las subvenciones.

En esas estábamos cuando conocimos de boca del mismo Griñán que "en Andalucía ha mandado la cultura de la subvención". Lo decía en una entrevista ayer al Grupo Joly. Aunque seguidamente precisaba que, poco a poco, se ha cambiado la situación. El secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías, con responsabilidades de gobierno durante muchos años en Andalucía, salió ayer al quite y dijo que las subvenciones en Andalucía han sido determinantes.

Menos mal que aparecen los nacionalistas catalanes de ERC para que se reaccione en defensa de la autoestima del pueblo andaluz, al decir ayer en plena campaña electoral de sus autónomicas esa brutalidad de que en Andalucía "no paga impuestos ni Dios".

Lo cierto es que si a lo que se aspira es a un menor intervencionismo, no habrá que esperar entonces novedades en torno a la fusión de Cajasol con Banca Cívica. El primer titular al conocerse fue inevitable: se esfumaba la idea de una gran caja en Andalucía. Ahora hay que estar muy pendientes del segundo, fijándonos en la letra menuda del protocolo de fusión que, este martes, Antonio Pulido somete a la aprobación de su Consejo de Administración. Se sabrá con exactitud si, en efecto, como aseguran los promotores de la iniciativa, se ha hecho una buena operación o si se conforman con menos con tal de no caer en manos de Unicaja.

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